Tras la primera vuelta de las
primarias del PP para elegir al nuevo presidente del partido y más que
previsible candidato a la presidencia del Gobierno en sustitución de Rajoy, han
salido victoriosos la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de
Santamaría, y el vicesecretario general de Comunicación (ahora se llama así a
la propaganda) Pablo Casado Blanco. Si por algo han llamado la atención estas
primarias es porque han sido las primeras que realiza el PP y por la bajísima
participación de sus militantes, no se sabe muy bien si porque les importa un
pimiento quién dirija su propio partido o porque en realidad el PP tenía muchos
menos militantes (otra cosa son los votantes) de lo que nos decían. Soraya ha
sido la que más sufragios ha obtenido, pero yo creo que el verdadero ganador de
esta primera vuelta ha sido Casado, por dos razones: una, porque casi todo el
mundo, empezando por Mercedes Fernández, pensaba que Dolores de Cospedal iba a
llegar a la final y, otra, porque, al contrario que Soraya, Casado va a gozar
del apoyo de los más importantes candidatos que no han pasado la primera criba,
me refiero a José Manuel García-Margallo, cuya animadversión por la
exvicepresidenta, que lo apartó del Ministerio de Exteriores, es por todos
conocida y también de Cospedal, pues es público que la exministra de Defensa,
presidenta del PP en Castilla-La Mancha y secretaria general del partido, casi
no se habla con Soraya y ambas, tan ambiciosas una como otra, se llevan fatal.
Si a esto añadimos que Saénz de Santamaría llegó al Gobierno de la mano de
Rajoy, pero que no es una mujer del partido, y que, por el contrario, Casado es
un hombre de la organización que también cuenta con el apoyo de conspicuos que
para los que no somos del PP nos parecen impresentables pero que para los
peperos siguen teniendo tirón, como José María Aznar o Esperanza Aguirre, pues
el asunto está más que diáfano. Por cierto, es alucinante que Aznar lo mismo
apoya a Albert Rivera que a Casado, de partidos distintos que compiten, y se
quede tan ancho. D. José María, con esa cara de malo que se le ha puesto con
los años, es un oráculo muy poco respetuoso con su antiguo partido y muy poco
serio.
Ahora el interés se centra en si
en la segunda vuelta habrá una confrontación de personas, de ideas y de
proyecto entre los dos candidatos que han pasado a la final o si se cerrará en
los despachos un acuerdo para hacer una candidatura conjunta donde el cabeza de
lista será Pablo Casado y donde Soraya Saénz de Santamaría, si se porta bien y
retira su candidatura, tendrá un puesto relevante, lo mismo, faltaría más, que
Dolores de Cospedal ¿Ideas y proyecto? a quién interesa eso. Preocupa que pueda
haber una fractura, porque, aunque ideológicamente el PP es mucho más
cohesionado y uniforme que la antigua UCD, lo que le pasó al partido de Adolfo
Suárez flota en el ambiente y ahora está ahí Ciudadanos como banderín de
enganche para los descontentos. Si esto es la renovación del partido, que venga
Dios y lo vea. Naturalmente, puedo estar equivocado, pero, como el tiempo es un
juez insobornable, ya lo veremos dentro de pocos días.
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