martes, 5 de septiembre de 2017

HUMILDE RESPUESTA A LA GRAN PREGUNTA METAFÍSICA

La constatación de que es posible la fusión del átomo a temperatura y presiones ambientales no extremas, abre, a priori, un nuevo horizonte tecnológico para el desarrollo y aplicación de una limpia y barata forma de obtener energía a partir de las reacciones nucleares, como demostraron el profesor Martin Fleischman, de la universidad británica de Southampton y Stanley Jons, de la estadounidense de Utah, al conseguir la fusión de los átomos de deuterio (isótopo del hidrógeno, con un neutrón y un protón en cada núcleo). Casi todo el mundo da por supuesto que la formación de materia en el Universo sucede a partir de la “condensación” de energía liberada en las reacciones nucleares que ocurren en el interior de las estrellas y que estas, a su vez, se forman por la concentración de materia (principalmente hidrógeno) en grandes cantidades y en un espacio relativamente reducido, lo que provoca el aumento de la presión y de la temperatura necesarias para iniciar las reacciones nucleares. Esta concepción ha  tenido la consecuencia de la magnificación del “Big Bang” y de los “agujeros negros”, cuando empieza a no estar claro que tengan algo que ver con la formación de la materia en el Universo ni que sean verdaderas singularidades. La comprobación experimental de que es posible la fusión nuclear sin necesidad de una gran concentración de materia y sin altísimas temperaturas no solo abre expectativas tecnológicas, podría demostrar que la formación de la materia a partir de la energía es un proceso que se viene desarrollando en las galaxias nebulosas (ricas en hidrógeno) que actúan como verdaderos viveros de estrellas e incluso en los quasar, fenómeno que produce la enorme liberación de energía de algunos “agujeros negros”, que a veces se comportan como verdaderas galaxias primigenias. El experimento reveló que la energía liberada por la fusión de los átomos fue muy superior a la aportada para la reacción, pero no liberó los neutrones que cabía esperar. Por eso hay serias sospechas de que la materia que forman los planetas no procede de explosiones estelares, sino que es un residuo del proceso de formación que acontece en las nebulosas a partir de la fusión del hidrógeno. A la vista de las evidencias, el concepto Einsteniano del Universo debería entrar en cuestión. He de reconocer que cuando empecé a interesarme por la física teórica me deslumbró, como a otros muchos, la Teoría de la Relatividad. La revolución científica y filosófica que suponía y la dificultad que entrañaba su comprensión hizo que aumentara mi interés, pero empezaron a surgir algunas dudas: no me acababa de convencer que el Universo fuera finito y curvo ¿no tendría que haber un infinito espacio mas allá de la expansión actual del Universo para poder dar cabida a esa expansión si fuera infinita? ¿y en ese infinito espacio no podría haber infinitos Universos? Nuestra cultura egocentrista es muy fuerte e igual que le costó a Copérnico convencer a la gente de que la Tierra no era el centro de todo va a costar que la comunidad científica se convenza que el “Big Bang” no fue el principio del Universo entendido este como un todo. Yo creo que no hubo una explosión inicial génesis del Universo, del espacio y del tiempo. Es decir, la pretensión de casar la Teoría General de la Relatividad con la Mecánica Cuántica para explicar el Universo está condenada al fracaso, porque la teoría de Einstein parte de supuestos falsos, de una “constante cosmológica” (que el mismo consideró posteriormente errónea ante la evidencia que le mostró  Hubble en 1.931) que solo sirve para espacios con dimensiones finitas, y el Universo es infinito. En un Universo infinito es absurdo plantearse su creación, su principio y su fin ¿porqué existe cuando podría no existir? también es absurdo plantearse la nada desde la existencia.  


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