jueves, 18 de mayo de 2017

EL MALTRATO ANIMAL EN ESPAÑA

No pasa un día sin que veamos en los periódicos alguna noticia relacionada con la violencia y el maltrato que se ejerce contra los animales, criaturas inocentes e indefensas que navegan con nosotros por el Universo en esta nave a la que llamamos Tierra y de los que solo nos diferenciamos por un puñado de genes. Son seres maravillosos, algunos muchísimo mas antiguos en la evolución que nosotros y cuya única ambición es sobrevivir y perpetuar su especie. Con algunas especies los humanos incluso hemos establecido una relación que va mucho mas allá de la simbiosis y el mutualismo del comienzo para convertirse en cariño. Hace miles de años, cuando la caza era imprescindible para el Homo Sapiens, establecimos una alianza con los lobos, esos que algunos están empeñados ahora en exterminar. Los cánidos salvajes acorralaban a las presas y nuestros ancestros les daban muerte y compartían con los lobos algunos trozos de carne. Aquel pacto entre hambrientos se desarrolló y llegó al punto de que los humanos se hicieron cargo de lobeznos huérfanos y los cuidaron y sacaron adelante. De aquellos cachorros proceden todos los perros, los que tiran de trineos, los que salvan vidas tras los terremotos, los que sirven de lazarillos a los ciegos, los que colaboran con la Policía y la Guardia Civil, los que, en fin, forman parte, como un miembro más, de muchas familias. Hasta el Imperio Romano mitificó aquella relación y sugirió que sus fundadores, Rómulo y Remo, habían sido amantados por una loba.
Nos hemos olvidado que los animales son nuestros aliados y nos cebamos con ellos ¿Qué se puede esperar de un país que ha convertido la tortura animal en un espectáculo de interés turístico y cultural y donde los que lo criticamos somos unos apestados? Miles de galgos son sacrificados de forma atroz cuando acaba la temporada de caza, miles de animales mueren abrasados en los incendios forestales provocados, miles de mascotas tienen que sufrir y aguantar sus esfínteres mientras sus malvados dueños se van de copas. Toros lanceados o con cuernos ardientes divierten a los vándalos, granjas abandonadas donde se mueren de hambre y sed a centenares, jaulas infames, tormentos indescriptibles en los laboratorios que en nada se diferencian de los experimentos nazis, circos, peleas de perros, mutilaciones, etc ¿es que no tenemos corazón?
La cultura de la violencia y el maltrato entre los humanos tiene mucho que ver con la banalización del maltrato animal, forma parte de la misma filosofía. Ni los toros han nacido para ser lidiados en las plazas y sienten y padecen los puyazos y las banderillas, ni la violencia entre semejantes se puede justificar en ninguna circunstancia.

El maltrato hacia los animales, como otras cosas aberrantes que suceden en nuestro país, no es solo una consecuencia de la tradición y de una mal entendida cultura, forma parte de la cotidianeidad porque los poderes públicos son cómplices y partícipes de las fechorías. Aunque veamos lobos ahorcados a la entrada de los pueblos, aunque las noticias de cachorros arrojados al río en bolsas de plástico y de perros arrastrados con vehículos indignen e insulten la inteligencia, no veremos a ningún responsable ingresar en prisión y tener que hacer frente a una multa de infarto. Son muchas las cosas que van a tener que cambiar en la España del siglo XXI y cuando tengamos un Gobierno serio también tendremos una Ley Contra el Maltrato Animal seria. Ellos no pueden hablar y defender sus derechos pero nosotros sí.

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