jueves, 9 de octubre de 2014

TÚ TAMBIÉN, VILLA

Un terremoto político-sindical-social sacude a Asturias, el terremoto que ha provocado el asunto del dinero que, como cualquier chorizo de derechas, ha defraudado José Ángel Fernández Villa a la Hacienda pública. Al parecer, y por la fulminante reacción de sus compañeros tiene todos los visos de ser rigurosamente cierto, Villa habría regularizado 1,4 millones de euros, que podrían ser la punta de un iceberg de dimensiones mucho mayores. Como no podía ser menos, no les quedaba otra alternativa, tanto el PSOE como el SOMA-UGT han expulsado a Villa de inmediato, pero, el patetismo que expresan las caras de los conspicuos socialistas asturianos, empezando por el secretario general de la FSA y presidente del Principado, Javier Fernández, no es el que deja la ira y el cabreo justiciero, sino el de los que saben que este gravísimo episodio les puede pasar factura en las elecciones autonómicas y municipales que habrá dentro de unos meses, porque el dinero que ha amasado “cagunmimanto” no ha caído del cielo. Conviene recordar que la irrupción de Foro Asturias y la llegada de Francisco Álvarez-Cascos a la presidencia de Asturias coincidió con otros episodios de corrupción en las filas socialistas, los que se dieron en la Consejería de Educación. Cascos ha dicho que antes de hacer declaraciones iba a esperar a escuchar las explicaciones de Villa, pero no debemos confundir la estrategia con la candidez. Cargar una gran bala en el cañón lleva su tiempo.
Muchos se están frotando los ojos porque aún no son capaces de dar crédito a la evidencia. Algunos vivieron aquellas fiestas en Rodiezmo, donde Villa bramaba contra la derecha y donde se cantaba, puño en alto, “arriba parias de la Tierra, y ahora se les cae el mundo encima. Eran los mismos que ponían en la picota a Juan Vega cuando calificaba en sus artículos a Villa como el Virrey de Asturias y los mismos que no supieron dase cuenta de lo farsantes y peligrosos que son siempre los izquierdistas. No lo digo yo, lo dijo Vladimir I. Lenin.
Villa tenía que dar el visto bueno al candidato socialista a la presidencia de Asturias y ese poder, el poder que le dio el PSOE y el sistema político que padecemos, es la causa que lo que estamos viendo, no la falta de escrúpulos de un “chorizo”, otro más. Seamos sinceros, la dictadura franquista, salvando el paréntesis de los Gobiernos que presidió el honrado y patriota Adolfo Suárez, ha sido sustituida por la dictadura de los facinerosos y del sistema político que estos han creado. Los mismos que han reformado la Constitución sin consultar al pueblo y que quieren transformarla hasta que no la conozca ni la madre que la parió, sin nuestro permiso, los mismos que se ponen de acuerdo en las preguntas en el Congreso de los Diputados, los mismos que no tienen la menor intención de escarmentar a los corruptos, los mismos, en fin, que, de facto, gobiernan juntos en Asturias, piensan que pueden tomar el pelo a todo el mundo durante todo el tiempo. Se equivocan, y los asturianos se lo van a demostrar en los próximos comicios.

El 20 de diciembre se cumplirán 41 años del Proceso 1001, y en estos momentos no puedo dejar de recordar a aquellos sindicalistas, conocidos como “Los diez de Carabanchel”, que fueron detenidos por la policía franquista cuando celebraban una reunión clandestina en el convento de los Oblatos, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Fueron condenados a penas que sumaban 162 años de cárcel por defender las libertades y los derechos de los trabajadores de este país. Los lideraba un tal Marcelino Camacho, el máximo dirigente de un sindicato llamado CC OO, que se había creado en la Mina de la Camocha, en Gijón. Años mas tarde Camacho iría de la mano de Nicolás Redondo, el secretario general de la UGT, que había sido desterrado por Franco, y le montarían cuatro huelgas generales a Felipe González. Mientras los traidores, gracias a los servicios prestados, llegaban a la presidencia de Andalucía o hacían y desacían a su antojo en Asturias. ¡Qué grandísima diferencia!

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