martes, 7 de octubre de 2014

EL ÉBOLA YA ESTÁ AQUÍ

Ya tenemos una persona que ha sido infectada por el virus del ébola en nuestro país, una auxiliar de enfermería que, al parecer, había atendido a los religiosos Miguel Pajares y Manuel García Viejo, que habían sido repatriados a España con la esperanza de salvarles la vida, lo que finalmente no fue posible. El contagio no se ha producido por casualidad, sino porque los protocolos de actuación no han sido los correctos. Causa sorpresa e indignación que al día siguiente de la muerte de García Viejo esta auxiliar de enfermería se fuera tranquilamente de vacaciones, sin pasar por una preventiva cuarentena.
Formando parte del deterioro sanitario brutal que se está produciendo en nuestro país en los últimos tiempos, que se refleja también en recortes de todo tipo y en que las listas de espera sean cada vez sean mas largas, está la poca atención que se presta al peligro latente de pandemias provocadas por enfermedades infecciosas importadas. En el caso concreto que nos ocupa, el del ébola, no se puede decir que nos coje por sorpresa, porque la Organización Mundial de la Salud lleva bastante tiempo diciendo que la nueva cepa de este virus es especialmente peligrosa.
Mientras en los EE UU se ha aislado y puesto en cuarentena a 80 ciudadanos que han tenido contacto con uno de sus compatriotas que se había contagiado en África y mientras Cuba (por citar dos países con regímenes opuestos) acaba de enviar una brigada médica a Sierra Leona compuesta por 165 médicos y enfermeros con amplia experiencia, que fueron despedidos al pie de la escalerilla del avión por Raúl Castro, en España no parece que este gravísimo asunto se esté tomando en serio. A la tradicional irresponsabilidad de nuestros políticos se une la inexcusable relajación de la ministra de Sanidad, Ana Mato, pues un ministerio que tiene casi todas las competencias trasferidas a las CC AA tendría que trabajar mas y mejor en lo poco que tiene a su cargo.
Hay un asunto tangencial al que nos ocupa que para nada es baladí, la permeabilidad de nuestras fronteras. La naturalidad con que se entra en nuestro país sin control médico de ningún tipo es verdaderamente temeraria por parte de nuestras autoridades. No digamos la tolerancia con la inmigración irregular, que llega a nuestras playas, asalta las vallas de Ceuta y Melilla o cruza por La Junquera, sin cartilla sanitaria y certificado de vacunación, poniéndonos en peligro a todos.
Especialmente expuestos a un contagio que provoca una muerte horrible están los miembros de la Guardia Civil, de las ONGs y de la Cruz Roja, pero también, aunque en menos medida, el resto de la población. Ya no se puede ocultar que hay un repunte de enfermedades que estaban erradicadas en nuestro país, como la tuberculosis, y que cada vez es mas frecuente el contagio con virus foráneos que no atacan a los portadores, que están inmunizados, pero sí a la población española. No es en absoluto descartable, por tanto, que haya mas personas contagiadas del virus del ébola, propagándolo por España en forma exponencial.
Aunque es una evidencia, por los restos de iridio en los estratos de hace 65 millones de años, que fue un meteorito el que acabó con los dinosaurios, algunos científicos están convencidos de que fue un virus. Lo que sí es totalmente cierto es que fue una enfermedad vírica, la llamada “Gripe Española”, la que mató a casi 100 millones de personas y otra, la mixomatosis, la que casi acaba con toda la población de conejos de Europa. Pero, el porcentaje de mortandad del ébola es mucho mayor, llegando al 90% de los infectados.

Se dice que son los excrementos de los murciélagos africanos los que han extendido la enfermedad y tampoco faltan teorías sobre conspiraciones criminales para hacer un gran negocio, sea como fuere hay que tomar las decisiones que la ocasión y el peligro requieren.

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