domingo, 28 de abril de 2013

LA CEGUERA DE LAS DERECHAS


No hay mayor irresponsabilidad que negar la evidencia y empecinarse en las propias creencias cuando estas dan la espalda a la realidad. La famosa frase que se atribuye a María Antonieta, esposa de Luis XVI, el último rey de Francia, resume como ninguna otra la hipocresía del poder y su completa desvinculación con las necesidades del pueblo. Cuando los franceses, hambrientos, pedían pan, la reina consorte decía que comieran bollos (o pasteles). Naturalmente, la desfachatez y la injusticia extremas generan violencia, por eso una afilada cuchilla puso fin a tanta infamia.
En la grave coyuntura económico-social que está padeciendo España también hay gente que parece vivir en otra galaxia, sobre todo en la derecha fanática mas cavernícola, pero también en otras derechas que se esconden bajo el falso progresismo y la falsa izquierda.
Mientras algunos personajes de pensamiento liberal civilizado, que merecen todos mis respetos, están ya convencidos que las políticas que se están aplicando son completamente erróneas, que convertirán nuestro país en una nación pobre y tercermundista y que pueden ser el detonante de una explosión social cuyas consecuencias son difíciles de prever, otros, sin embargo, hacen declaraciones que no aportan solución alguna, al contrario, echan gasolina al fuego con la misma necedad de la austriaca guillotinada.
Que tertulianos y opinadores televisivos digan que está muy bien que nuestros jóvenes con formación (que hemos tenido que pagar entre todos) tengan que emigrar por falta de trabajo en España se comprende, ante el circo en que se ha convertido ese medio, pero que lo manifiesten miembros del Gobierno o conspicuos del PP, es inadmisible. Pero, también dicen que es mejor trabajar por 400 euros que estar en casa, que son los empresarios y los trabajadores quienes se tienen que poner de acuerdo (al margen de convenios colectivos) y que los españoles deben acostumbrarse a que el Estado de Bienestar y las condiciones laborales que hemos conocido han desaparecido para siempre. También condenan a los jóvenes (más del 57% en paro) a contratos en precario y a la economía sumergida, mientras hablan de 40 años de cotización para acceder a una pensión mas allá de los 67 años. Estos, sin embargo, no son mas que algunos ejemplos de un despotismo viejo y rancio que, aprovechándose de las circunstancias, ha resucitado.
Pero, la socialdemocracia también está trabajando contra los intereses de los ciudadanos de España y de Europa y es, objetivamente, otra cara del poliedro derechista. No contentos los socialistas con despilfarrar el dinero público y poner en serio peligro la unidad del Estado, alimentando a los secesionistas, ahora, cuando los españoles necesitan mas que nunca un programa que dé respuesta a sus problemas, están enzarzados en buscar un nuevo líder, en vez de en hallar soluciones a nuestro drama. Discursos para la galería y brindis al sol, sin alternativa alguna, por eso el PSOE cae en picado y por eso también el presidente socialista francés, Hollande, ha perdido la confianza de los galos en muy poco tiempo.
Inevitablemente, la ceguera de las derechas tendrá consecuencias.

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