El Gobierno central, en concreto, la ministra de Economía Elena Salgado, se ha negado a poner mas dinero para que HUNOSA siga comprando, para almacenar, el carbón que no consumen las centrales termoeléctricas. Es una medida acertada porque, en los tiempos que corren, no se puede distraer dinero público en inversiones onerosas. Está por ver lo que va a pasar con el plan 2.006-2.012 y particularmente con el Real Decreto de restricciones por garantía de suministro, una alquimista forma de intentar salvar lo insalvable. Va a ser muy difícil vender a todos los que tienen que "poner el huevo" para intentar salir de la crisis, y a la UE, lo imprescindible que resulta aportar 4.500 millones de euros para evitar el cierre definitivo de las minas de carbón nacional.
El carbón español hace mucho tiempo que dejó de ser rentable. El general Franco se vio en la necesidad de nacionalizar una gran parte de la minería, y de crear HUNOSA, porque al sector privado ya no le interesaba ese negocio. La minería no estatal sobrevive también gracias a las subvenciones y a otros tejemanejes que si fueran de dominio público causarían un escándalo.
A la falta de rentabilidad del carbón nacional, principalmente porque su extracción es mucho mas costosa que el que se saca en otras partes, se ha unido la competencia de otras materias primas como el petróleo, el gas o el uranio, cuyo rendimiento no tiene punto de comparación. Además, el cambio climático y la cultura ecologista, cada vez mas popular, han puesto el punto de mira sobre las emisiones de dióxido de carbono, de las que el carbón es el campeón indiscutible. Cualquiera que no esté cegado por inconfesables intereses sabe que el futuro energético pasa por las energías alternativas, centrales atomoeléctricas de última generación y termoeléctricas que utilicen gas. No es una casualidad que todos los sectores implicados en esta "Tríada Energética" crezcan exponencialmente mientras se cierran las minas de carbón en todas las cuencas históricas de Europa. Proliferan los gasoductos, las fábricas de aerogeneradores y cédulas fotovoltaicas y países como Francia, Japón, Rusia, Italia, Gran Bretaña, Finlandia, EE UU, Israel, incluso Irán y Venezuela, grandes exportadores de petróleo, han apostado por la energía nuclear, porque todo el mundo debe saber que las existencias de hidrocarburos son limitadas y que un ambicioso programa de aprovechamiento civil del átomo requiere mas de 20 años.
Cuando el ministro de Industria Sr. Gorbacho anunció que el Gobierno de Zapatero se embarcaría en un ambicioso proyecto de coche eléctrico, mucha gente se lo tomó a broma, "otra ocurrencia mas de este Gobierno", pero son precisamente este tipo de iniciativas las acertadas y no apostar por industrias que el progreso ha convertido en inviables. Parece que el plan continúa adelante, pero necesita un impulso mayor.
Si queremos que Asturias esté mas libre de contaminación atmosférica y que esta región y sus cuencas mineras tengan futuro debemos cambiar el chic y lo debemos hacer cuanto antes, porque la era del carbón ya tiene fecha de caducidad.
El carbón español hace mucho tiempo que dejó de ser rentable. El general Franco se vio en la necesidad de nacionalizar una gran parte de la minería, y de crear HUNOSA, porque al sector privado ya no le interesaba ese negocio. La minería no estatal sobrevive también gracias a las subvenciones y a otros tejemanejes que si fueran de dominio público causarían un escándalo.
A la falta de rentabilidad del carbón nacional, principalmente porque su extracción es mucho mas costosa que el que se saca en otras partes, se ha unido la competencia de otras materias primas como el petróleo, el gas o el uranio, cuyo rendimiento no tiene punto de comparación. Además, el cambio climático y la cultura ecologista, cada vez mas popular, han puesto el punto de mira sobre las emisiones de dióxido de carbono, de las que el carbón es el campeón indiscutible. Cualquiera que no esté cegado por inconfesables intereses sabe que el futuro energético pasa por las energías alternativas, centrales atomoeléctricas de última generación y termoeléctricas que utilicen gas. No es una casualidad que todos los sectores implicados en esta "Tríada Energética" crezcan exponencialmente mientras se cierran las minas de carbón en todas las cuencas históricas de Europa. Proliferan los gasoductos, las fábricas de aerogeneradores y cédulas fotovoltaicas y países como Francia, Japón, Rusia, Italia, Gran Bretaña, Finlandia, EE UU, Israel, incluso Irán y Venezuela, grandes exportadores de petróleo, han apostado por la energía nuclear, porque todo el mundo debe saber que las existencias de hidrocarburos son limitadas y que un ambicioso programa de aprovechamiento civil del átomo requiere mas de 20 años.
Cuando el ministro de Industria Sr. Gorbacho anunció que el Gobierno de Zapatero se embarcaría en un ambicioso proyecto de coche eléctrico, mucha gente se lo tomó a broma, "otra ocurrencia mas de este Gobierno", pero son precisamente este tipo de iniciativas las acertadas y no apostar por industrias que el progreso ha convertido en inviables. Parece que el plan continúa adelante, pero necesita un impulso mayor.
Si queremos que Asturias esté mas libre de contaminación atmosférica y que esta región y sus cuencas mineras tengan futuro debemos cambiar el chic y lo debemos hacer cuanto antes, porque la era del carbón ya tiene fecha de caducidad.
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