domingo, 4 de abril de 2010

EN ABRIL, INJUSTICIAS MIL


Este mes promete ser entretenido, al Gobierno de Zapatero se le acaba el tiempo de las dilaciones, comisiones y reuniones para la galería y va a tener que empezar a hacer cosas, antes de que la UE y la señora Merkel, que se ha cansado de dar dinero, pongan a España en su sitio. Ya nadie habla de lo que va a salir del aquelarre del Palacio Zurbano, porque no han conseguido elaborar una pócima consensuada para, entre todos los de "La Casta", lograr que se la trague la ciudadanía. Las elecciones están cada vez mas cerca y la oposición no se va a comer el "marrón". Así que al presidente socialista, al que le gusta eso de "no dejes para mañana lo que puedas hacer pasado mañana", se le va a acabar el "buen rollito", el talante y ser el "Bambi" del zoológico político, donde lo que abundan de verdad son los depredadores que viven a costa de la ingenuidad de los electores, y va a tener que mostrar su verdadera cara, con los colmillos prestos a clavarse en la yugular de las depauperadas economías de los trabajadores. Ya verán que disgustos nos va a dar el cervatillo. A la ya anunciada subida del IVA, se añadirán todo un rosario de desagradables anuncios que servirán para que empiece a germinar el segundo, y quizá definitivo, embate de la crisis, por la pérdida del poder adquisitivo de millones de personas que va a generar la inflación (los salarios siguen estancados o a la baja) que ya ha empezado a dispararse y, como consecuencia, el desplome de la demanda.
Otro asunto, que no puede dejarnos indiferentes, es lo que está sucediendo con el juez Baltasar Garzón. Contra él se han unido, en santa alianza, la derecha mas cavernícola, socialistas con los que tiene asuntos pendientes, y muchos de sus compañeros de la judicatura. ETA y los narcotraficantes ya hace tiempo que lo tienen el primero en sus listas de candidatos al cementerio. Bien, de acuerdo, estamos en un Estado de Derecho garantista, donde la presunción de inocencia es fundamental. También es verdad que Garzón tiene abiertas multitud de causas cuya instrucción no se termina nunca. Pero D. Baltasar, como acertadamente ha dicho Pilar Urbano, no es un juez cualquiera, es un justiciero, ha elegido esta profesión no como un trabajo sino como un medio para "apretar las tuercas", aunque muchas veces caiga en la heterodoxia, a los malos. Es patético escuchar a gente del PP insidias contra el juez acusándolo de connivencia con los socialistas, ya no se acuerdan que Garzón metió en la cárcel a la cúpula de Interior del Gobierno de Felipe González (que, por cierto, cobardemente se fue de rositas) por el asunto de los GAL. El mismo asco nos da cuando jueces, compañeros en la Audiencia Nacional, no pierden ocasión de criticarlo en público cuando, en el país de la corrupción y el despotismo, pasan de puntillas sobre asuntos sangrantes. Son muchos los días que D. Baltasar está hasta altas horas de la madrugada en su despacho, incluidos algunos domingos, no precisamente para adquirir protagonismo, otra de las acusaciones de los envidiosos. Procesar al carnicero Pinochet, al narcotraficante Laureano Oubiña, o intentar reparar los crímenes cometidos por los fascistas, quizá jurídica y políticamente no sea lo correcto y no tenga muchas salidas legales, pero es de justicia. Un justiciero como Garzón no "se la va a coger con papel de fumar", aún a costa de que lo crucifiquen. Ya no espera que los políticos pongan a su disposición los instrumentos legales y materiales que necesita, para eso quiso ser ministro. Como les quedaría la cara a tantos si le dieran el premio Nobel. En Abril seguirá su pasión, mientras a los ciudadanos nos lloverán las injusticias.

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