Flotilla de la NAVY compuesta por
un buque de asalto anfibio (portaaviones ligero con aviones F-35B y
helicópteros) dos destructores con el sistema AEGIS, un buque de apoyo y
seguramente un submarino nuclear de ataque, inicia maniobras en el Mar Báltico.
Cualquiera puede seguir sus evoluciones, menos las del submarino, a través de
varias aplicaciones gratuitas de geolocalización de buques, hasta que la flotilla
apaga sus transpondedores (se trata de unos dispositivos capaces de ser
detectados por radares marinos, terrestres y aéreos, así como por los
satélites). Menos de 16 horas después se producen gigantescas fugas de gas en
los gasoductos rusos del Mar Báltico, en las tres tuberías del Nord Stream 1 y
del Nord Stream 2, seguidas por tremendas explosiones, que provocan movimientos
sísmicos de más de 2,4 grados en la escala Richter. Un desastre gigantesco
desde el punto de vista medioambiental e industrial. Esas tuberías estaban
destinadas a servir gas ruso a Europa, sobre todo a Alemania, aunque el Nord
Sream 2 nunca llegó a entrar en funcionamiento, a pesar, como hemos visto, de
que estaba completamente terminado y con presión de gas. No había entrado en
funcionamiento por presiones de EE UU sobre Alemania, bastante antes de la
intervención rusa en Ucrania. Ya el año pasado, el presidente de los EE UU, Joe
Biden, había amenazado con atacar el Nord Stream 2. Algunos mentirosos, esos
que llevan bastantes meses engañando a la gente no diciéndole la verdad sobre
la inflación ni sobre la guerra de Ucrania, salieron a la palestra para echar
la culpa a Rusia de los atentados contra sus propios gasoductos, cuando si
Putin quisiera cortar el gas para chantajear a Europa, que es la patraña que
repiten continuamente, no tenía más que cerrar las llaves de paso que tiene en
su territorio. Esta vez la evidencia de la verdad es tan diáfana que muchos
medios, que han sobresalido por su propaganda antirrusa, no se han sumado a la
nueva mentira. Los incrédulos, los fanáticos no, por supuesto, han descubierto
qué mano mecía la cuna de la guerra de Ucrania, qué mano mecía la cuna de las
sanciones contra Rusia y que mano es la que, con acciones muy imprudentes, como
participar directamente en la guerra contra Rusia con mercenarios y con
informaciones de inteligencia y satelitales para designar los objetivos rusos a
batir por los nazis, y con actos terroristas como los que comentamos, está
dando pasos hacia el abismo. Yo no recuerdo ningún enfrentamiento directo entre EE
UU y Rusia. Ni siquiera en la Guerra de Corea, donde pilotos rusos sirvieron
como voluntarios en el ejército del Corea del Norte, hubo un enfrentamiento con
fuerzas regulares. Esta vez sí, una flotilla de la NAVY ha atacado
instalaciones rusas. Putin no había amenazado con utilizar armas nucleares, lo
que había dicho el presidente ruso es que si se cruzaban algunas líneas rojas
Rusia se vería obligada a utilizar “cualquier medio” para defenderse ¿Quién
amenaza a quién? El mismo día de estos sabotajes se inauguró un nuevo gasoducto
entre Noruega y Polonia y un eurodiputado polaco tuiteó su agradecimiento a EE
UU por haber volados los gasoductos rusos. Ya no es solo en la calle de algunas
ciudades europeas, en los parlamentos alemán y austriaco ya se han alzado voces
diciendo que lo que está sucediendo va a perjudicar fuertemente a Europa, a sus ciudadanos y a sus empresas, durante decenios. La excanciller alemana, Angela Merkel, ha dicho que sería un
grave error tomarse a broma las palabras de Putin. Lo sería, sin ninguna duda. De
momento Rusia ha lanzado una causa penal por terrorismo internacional tras los sabotajes.
Sánchez ha manifestado que el
referéndum en las dos repúblicas del Donbás y en otras dos regiones, todas esas
tierras que, según nos contaron, en gran parte habían reconquistado los
ucranianos en su “exitosa ofensiva”, es ilegal. A Rusia le importa un pimiento
las etiquetas de legal o ilegal que ponga Sánchez, sus amigos y sus amos, a la
consulta ¿Pusieron la etiqueta de ilegal al golpe de estado de 2014 patrocinado
y financiado por EE UU? La verdad emerge, la fiesta para los irresponsables se
termina, pero seguirán dando pasos, muy poco profesionales, a ver si logran
matarnos a todos.
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