A pesar de la caída del precio de
los carburantes, ante el descenso de la demanda mundial de petróleo por la
crisis en la que estamos ya metidos hasta el cuello, los precios de la energía
eléctrica y de los alimentos siguen en la estratosfera y agosto se cerró en
España con un brutal 10,5% de inflación, pero que en el caso concreto de los
alimentos básicos es mucho más alta. Esto quiere decir que hay ya un alto
porcentaje de la población que no solo va a tener dificultades para pagar el
recibo de la luz, va a tener dificultades para comer. En Francia saben muy bien
lo que pasa cuando el pueblo no tiene pan, y no cuela que le digan que entonces
coma bollos. Los políticos también lo saben y como no quieren que les pase como
a Luis XXI y a su esposa, Maria Antonieta, necesitan obtener urgentemente miles
de millones de euros para salvar de la total indigencia a millones de personas.
Ya no puede imprimir más dinero fiat, porque la inflación se dispararía aún
más, así que no les queda otra que entrar a saco contra los beneficios de las
empresas, cinco minutos antes de hacer lo misma contra cualquiera al que le
puedan sacar dinero. De momento, Von der layen ya nos ha dicho que piensan obtener
por esa vía 140.000 millones de euros. Esto es solo el principio de un camino
que lleva irremisiblemente al desastre. Mientras, esperan que la subida de los tipos de interés tenga resultados, pero esta crisis inflacionaria, cachis en diez, no es una crisis por culpa del consumo.
La izquierda desnortada quiere
carros de la compra artificiales y topar los precios de las cosas y la derecha
despistada no sabe a qué carta quedarse, a lo que le contaba Adam Smith o a lo
que le cuentan sus correligionarios desde Bruselas. Nadie dice la verdad a la
gente, no se la pueden decir, se trata de ir
tirando hacia adelante como se pueda, apuntalando, paso a paso, el agujero para
que no se caiga el techo encima. Von der Layen no ha esgrimido ni una sola
medida contra la inflación, pero si ha dicho que “las sanciones a Rusia han
venido para quedarse” y que “estamos en guerra”, una guerra que no ha declarado
ningún parlamento en Europa, Rusia no es Libia, no vaya a ser que nos caigan unas cuantas bombas
atómicas encima. Al mismo tiempo EE UU ya prepara también sanciones contra
China, en este caso bajo el argumento de su belicosidad en la defensa de su
soberanía sobre Taiwán. Ya habíamos dicho que la valorización del dinero fiat la
harían los ciudadanos con sus sacrificios (con esta inflación) y también que la
desglobalización que ha decidido EE UU, y que ha impuesto a sus socios de la OTAN,
será extremadamente dolorosa y nos llevará por caminos muy peligrosos. Sin
embargo, toda esa gente que nos han estado contando lo bien que funcionaba el
capitalismo y esa libertad de mercado que, en verdad, nunca ha existido parece
que se ha olvidado que las leyes del mercado sí operan y que lo hacen de forma
inmisericorde. Esas leyes del mercado pondrán a cada uno en su sitio. Tampoco podemos descartar, tenemos un buen caldo de cultivo para ello, un "cisne negro", ya sabe, un acontecimiento inesperado, a veces con resultados catastróficos, que puede ponerlo todo patas arriba, más arriba aún de lo que ya lo están.
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