viernes, 9 de octubre de 2020

SEGUNDO ESTADO DE ALARMA


 

En Consejo de Ministros extraordinario celebrado el viernes 9 de octubre, el Gobierno de España ha decidido decretar el segundo Estado de Alarma desde que empezó la pandemia del Covid-19. Se llega a esta situación una vez que ha quedado claro que no era cierto lo que decía la derecha, no se pueden aplicar medidas que limiten derechos fundamentales que consagra la Constitución con leyes ordinarias e incluso con leyes orgánicas. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, atendiendo (ojo al dato) una demanda de la Comunidad Autónoma de Madrid, ha dejado las cosas claras. Sin embargo, ya estamos viendo que otros tribunales en otras partes de España hacen lo contrario, no tanto porque jurídicamente el asunto no sea de perugrullo como porque hace tiempo que la Justicia española está tan perdida como nuestros políticos y los jueces lo mismo dan por constitucionales leyes claramente inconstitucionales que inician investigaciones prospectivas contra alguna formación política. Todos recordamos lo que pasó con el primer Estado de Alarma: la ultraderecha, precisamente los que más acusaron al Gobierno de tardar en tomar medidas y los que insultaban groseramente al presidente del Gobierno en las redes sociales, votó sistemáticamente en contra de todas las prórrogas de esa medida excepcional, que era totalmente necesaria para limitar la movilidad y para el confinamiento de la población; los independentistas de Torra hicieron exactamente lo mismo que la ultraderecha; los independentistas de ERC apoyaron las prórrogas hasta que pretendieron cobrarse ese apoyo y entonces, como fue que no, dejaron de hacerlo; y el PP dejó de apoyar más prórrogas porque decían que la economía era lo primero y que era mejor morirse de coronavirus que de hambre. Así es como unos y otros, los responsables, los que lo sabían todo, los acusadores, los insultadores y a los que ahora ha llevado la contraria el FMI (no se puede convivir con el virus) dejaron al Gobierno de España y a Pedro Sánchez solos. Pues bien, a la vista de lo que sucedió, y a pesar de la escalada de contagios, yo entiendo que Pedro Sánchez se resistiera a decretar un segundo Estado de Alarma, lo entiendo porque dentro de quince días va a tener que volver al Congreso de los Diputados a escuchar los insultos de los que no le van a dar una prórroga. Lo entiendo, pero no lo comparto. EL Gobierno de España tendría que haber decretado el segundo Estado de Alarma hace semanas y si, a pesar de lo que ha dicho la Justicia, otras fuerzas políticas no dan sus votos para prorrogarlo y para que se puedan tomar medidas excepcionales con geometría variable, que cada cual aguante su vela y se lo explique a los españoles. Hubo que hacerlo aprisa y corriendo para que cientos de miles de madrileños no salieran de la capital en el puente del 12 de octubre y difundieran el virus por toda España.

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