lunes, 26 de octubre de 2020

LOS ISLAMISTAS AMENAZAN A FRANCIA

No son nuevas ni las amenazas ni los atentados islamistas contra Francia; el último atentado, con un profesor degollado, lo hemos visto hace poco, pero al problema cultural que ya enfrentaba el país de la libertad con una población musulmana que no ha podido ser integrada y que tiene una cultura muy distinta, que choca frontalmente con la europea, se ha juntado que ha llegado al Palacio del Elíseo un presidente, Macron, apadrinado por la élite financiera judía de Francia y unos intereses estratégicos de los galos que chocan frontalmente con los de algunos países musulmanes, especialmente con los de Turquía. Todos recordaremos que fue Francia la que arrastró a la OTAN a la aventura libia para derrocar a Al Gaddafi. Los franceses querían controlar el petróleo libio, como controlan el mercado de los minerales estratégicos en toda el África Subsahariana, pero también querían afianzar su posición estratégica en el Magreb, que se había deteriorado mucho por culpa, o gracias, según como se mire, a Al Gaddafi. Pero, hete aquí que un tipo sin escrúpulos, con bastantes menos escrúpulos que los franceses, que ya es decir, que lleva mucho tiempo coqueteando, protegiendo y financiando a los asesinos, me refiero al presidente turco, se ha propuesto hacer la puñeta a Francia en Libia y está apoyando con mercenarios islamistas y con armas, con los mismos criminales que combatieron en Siria con el Estado islámico y con el Frente Al Nusra, a las fuerzas que se oponen a las tropas del mariscal Jalifa Hafter, que apoyan Francia y Rusia. Si a esto añadimos los problemas de Turquía con Grecia por el control del petróleo del Mediterráneo Oriental, el problema de Chipre y la intervención turca, también con mercenarios islamistas y armas, pero ahí hasta con su propio ejército, en el conflicto entre el musulmán Azarbaiyán y la cristiana Armenia por Nagorno Karabaj tenemos una fotografía perfecta de la situación que el fanático Erdogán está provocando. Nadie puede entender, salvo que el fanatismo religioso nuble la mente, que alguien se pueda meter al mismo tiempo con los EE UU, con Rusia, y con la UE, empezando por Francia. Pero tampoco se podía entender, salvo por el fanatismo religioso, que Erdogán apoyara en Siria a los asesinos más sanguinarios que el mundo ha visto en las últimas décadas. Estamos hablando de una vieja estrategia de los islamistas: Aunque los miembros del Estado Islámico, esa propia entidad, y los países que los financian, arman y protegen, son sunitas, el ISIS y sus valedores, utilizan la vieja estrategia del terror de un persa, de familia chiita, que se convirtió al ismailismo, una rama esotérica del Islam que defiende una interpretación muy peculiar del Corán. Es imprescindible conocer esto para entender las prácticas y la estrategia de los terroristas del Estado Islámico y de sus padrinos. Hasan al-Sabbah nació en Qom, actual Irán, en 1.034 y después de abrazar el ismailismo y de acatar la autoridad del imán-califa de El Cairo, al Mustansir y su “Da´wa” (misión) fundó una orden criminal, los hashshashin, de donde deriva la palabra asesino. Mediante fanáticos suicidas a los que se prometía el Paraíso, la secta sembró el terror en los países de la zona y Hasan al-Sabbah se aseguró la impunidad y hasta la protección de las autoridades, pues todos temían ser víctimas de sus hashshashin ¿Es esa el arma de destrucción masiva de Turquía y de los que están amenazando a Francia?

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