sábado, 24 de octubre de 2020

¿QUIÉN CONTROLARÁ A LOS MALOS?

 


La situación de la pandemia es otra vez muy grave. Como habían adelantado algunos científicos chinos durante la primera ola, este virus tiene algunos comportamientos similares a los virus de la gripe, en la forma como se contagia y en la estacionalidad, su capacidad de infección aumenta cuando disminuye la temperatura. Así que el éxito al contenerlo durante la primera ola no solo se debió, sin duda alguna, al confinamiento, seguramente también a la llegada del verano y del calor. Pero ¡atentos! ahora vamos hacia el frío del invierno. Todas las medidas de precaución son pocas y estamos volviendo a ver como, tras escuchar las noticias, la gente, con fundamento y con razón, ha vuelto a sentir miedo, porque los contagios las hospitalizaciones y los muertos están creciendo exponencialmente. Este miedo fundado a lo que nos puede pasar también ha llegado a casi todas las fuerzas políticas y también observamos ya lo que hace unas semanas no era posible: los mismos que criticaban medidas como el Estado de Alarma, el instrumento legal que permite limitar libertades y derechos fundamentales, ahora lo piden. Sin embargo, me temo que un peligro importante añadido podemos tener en esta segunda ola, un peligro que ya se manifestó durante la primera, pero más tímidamente, me refiero a los insumisos de la ultraderecha, esa gente que se manifestaba en sus coches pidiendo, en el colmo del cinismo, “democracia y libertad”, mientras sus líderes votaban sistemáticamente en contra de todas las prórrogas del Estado de Alarma en el Congreso de los Diputados. Las autoridades, todas ellas, independientemente de su color político, están ya aplicando medidas radicales, como no puede ser de otra manera y como lo exigen las circunstancias, en unas acertarán y en otras se equivocarán, pero, lo que debemos tener muy claro es que si esas medidas no se cumplen, si hay gente que se las pasa por la entrepierna, la situación, y no solo la situación sanitaria, puede ser bastante peor, bastante más grave, de lo que ya lo va a ser. Las redes sociales ya se están inundando de comentarios de impresentables que dicen que no piensan cumplir las medidas impuestas por las autoridades y la ultraderecha va a animar a la subversión, como está haciendo en otros países ¿Quién controlará que las medidas se cumplan? ¿quién controlará a los malos? Veremos.

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