miércoles, 6 de julio de 2016

LOS PACTOS OBLIGADOS

Si algo han dejado claro los resultados de las Elecciones Generales del 26 de junio, como también lo habían hecho los anteriores del 20 de diciembre, es que van a ser necesarios pactos para formar una mayoría parlamentaria y poder gobernar. No es ninguna hecatombe y es algo bastante común en muchos países de Europa. Sin embargo, en España subsiste una singularidad que los hace mas difíciles: un enfrentamiento secular entre izquierda y derecha que viene desde la Guerra Civil y sigue presente, de una y otra forma, en el subconsciente colectivo. En la política de los últimos decenios los españoles solo hemos sido capaces de ponernos de acuerdo en lo fundamental con los Pactos de la Moncloa, pero, eran otras circunstancias históricas y había otro liderazgo, el del presidente Adolfo Suárez, cuyo patriotismo, clarividencia y sentido común, como los de otros líderes de la Transición, nada tenían que ver con los de los políticos que sufrimos ahora.
Se acabó el rodillo de las mayorías absolutas y no queda otra que llegar a acuerdos que permitan encarar la legislatura, si no queremos condenar al país a unas terceras elecciones que, seguramente, no resolverían nada. Aunque Galileo Galilei no estaría de acuerdo conmigo, una de las cosas mas importantes que aprendes cuando empiezas a trabajar con equipos de personas es que las decisiones colectivas casi siempre son mas acertadas que las individuales. Lo son porque ante los problemas y los retos muchas veces no cabe una visión unidireccional, es mejor una perspectiva mas amplia, sin caer, por supuesto, en relativizarlo todo. Los problemas tienen muchas caras y muchas aristas, son poliédricos, y para solucionarlos eficazmente lo mejor es ser conscientes de ello y actuar en consecuencia.
Las primeras consultas que ha realizado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han sido a Coalición Canaria y al Partido Nacionalista Vasco. El acuerdo para que el único diputado isleño apoye la investidura de Rajoy y un pacto de legislatura va a ser fácil, porque son muchas las cosas que necesita Canarias y el PP no va a poner ningún obstáculo en conceder algunas. Otro asunto es el PNV y sus cinco diputados, que lo van a poner muy difícil. En Euskadi hay elecciones autonómicas este año, no pueden ser mas tarde del 20 de noviembre, y los nacionalistas, a los que Unidos Podemos ganaron las Elecciones Generales en aquella comunidad autónoma, no pueden vender sus derechos de primogenitura, su tradicional liderazgo político en el País Vasco, por un plato de lentejas. Difícilmente pueden sacar mas trasferencias y mas beneficios fiscales, ya gozan de una ventajosa asimetría que nadie tiene en la Unión Europea, por eso van a centrar toda su artillería en apuntarse el fin definitivo del terrorismo de ETA, con la escenificación de la entrega de las armas y el acercamiento de los presos. Hubo muchos que llamaron de todo a la gente cabal, a algunos que habían estado siempre contra ETA sin ambages, y ahora tendrán que envainársela.

¿Se sacrificará todo en el altar de la gobernabilidad? ¿se dirá ahora digo donde antes se dijo Diego? El PSOE tiene una difícil papeleta, porque va a tener que asistir al PP parlamentariamente para que el Gobierno puede sacar leyes y decisiones adelante. Pero ahora hay 71 parlamentarios de izquierda que, a unos y otros, no les van a pasar ni una. Aún no hemos visto el final del sainete y a que cosas van a afectar los previsibles pactos transversales. No se puede descartar que leyes como la de la Reforma Laboral o la LOGSE, entre otros asuntos de mucho calado, puedan ser derogadas en aras del entendimiento y de ese apoyo parlamentario imprescindible que hay que vender a miltantes y votantes de alguna manera. Yo creo, sin embargo, que los problemas de España y los retos que nos estallarán en las narices a corto plazo son tan graves y tan complejos que para resolverlos no solo hará falta tener mayoría parlamentaria, será necesario un amplio consenso sobre una base de mínimos. Es una especie de cuadratura política del círculo, soy consciente de ello.

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