lunes, 6 de junio de 2016

MUHAMMAD ALI Y LA CAMPAÑA ELECTORAL

Nos ha llegado la noticia de la muerte de Muhammad Ali, el considerado por muchos el mejor boxeador de todos los tiempos, en plena lucha electoral, no solo en los EE EE, donde, si no ocurre un milagro, Donald Trump será elegido candidato republicano y Hillary Clinton demócrata, también en España, donde los ciudadanos tendrán que decidir a quién eligen para que les saque las castañas del fuego, pues son muchos y muy gordos los problemas que les aquejan. Clinton ha dicho que poner el botón nuclear en las manos de un tipo como Trump da miedo, también Rajoy y Rivera intentan meter miedo a la gente con la amenaza que, según ellos, representa Unidos Podemos para España. Pero, los norteamericanos y los españoles lo que esperan son propuestas políticas programáticas, el miedo ya se lo administrarán ellos.
A mí no me gusta el boxeo, porque no me parece bien ver a dos seres humanos partiéndose la cara mientras el público los jalea y hace sus apuestas, pero, he de reconocer que dentro de la barbarie tiene su estética y su épica. Yo no he visto a ningún boxeador con la clase y el estilo inconfundible que tenía Muhammad Ali, con su continuo juego de piernas alrededor de su contrincante mientras lo bombardeaba con sus golpes. Nada tenía que ver la forma de boxear de Ali, un estilista, con la de otros grandes boxeadores de los pesos pesados, como Joe Frazier, pegador, u Oscar Bonavena, fajador. También los políticos los hay de esos mismos tipos.
A mí me gustaba de Muhammad Ali su manera de moverse en el ring y sus enfrentamientos dialécticos con sus contrincantes, plenos de teatralidad, antes de las peleas, pero, sobre todo, su fondo humano y sus principios éticos. Es difícil defender hoy que hubo un gran campeón de boxeo que cambió su forma de pensar y hasta su nombre y abrazó el Islam, y es mas difícil hacerlo si eres ateo y si eres consciente de los crímenes que se están cometiendo en el mundo en el nombre de Alá. Muhhammad Ali será recordado como el mas grande de todos los boxeadores pero también como un hombre que luchó por los derechos civiles y por la paz, que se negó a ir a la Guerra de Vietnam y que por ello tuvo que abandonar temporalmente su carrera y pasar una larga temporada en la cárcel. “Cómo voy a ir a matar a gente que no me ha hecho nada” manifestó entonces.

Yo aún no tengo muy claro si Mariano Rajoy está en la categoría de los fajadores o solo es un D. Tancredo que no se mueve ni hace nada, salvo dar aceite de ricino a los trabajadores y ánimo a los que se llevan el dinero a Suiza, pero tampoco veo a ningún estilista entre los líderes políticos de las demás formaciones que se presentan a las elecciones. Como mucho hay pegadores, que lo mismo lanzan un crochet a la mandíbula mentando a Venezuela que un directo a la boca del estómago recordando los salarios de miseria, los desahucios y la corrupción. Pero, los españoles que están en el secreto, en el meollo del asunto, lo que quieren es un estilista que lance un gancho al hígado, que dicen los expertos que es el golpe mas doloroso en el boxeo, manifestando que los ricos no pagan sus impuestos. En ese sentido, la gente quiere ver propuestas concretas, saber qué piensan aprobar en el primer consejo de ministros si forman Gobierno y que leyes serán las primeras que lleven al Parlamento, que lo digan alto y claro y que lo firmen ante notario. Los electores quieren de presidente a alguien con ideas nuevas que sepa esquivar los golpes y dar a los sinvergüenzas donde mas les duela, que baile por el cuadrilátero mientras da a los corruptos hasta en el cielo de la boca. Un Muhammad Ali de la política, como el que dijo que “imposible no es nada”.

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