miércoles, 15 de junio de 2016

LA DÍFICIL SITUACIÓN POLÍTICA EN ASTURIAS

Si es difícil la situación política en España, donde, tras las elecciones del 26 de junio y los pactos que veremos después, a muchos ciudadanos les va a quedar cara de tontos, es Asturias se ha vuelto explosiva. La irrupción de Podemos en las pasadas elecciones cambió la correlación de fuerzas, cuyo espectro se ha desplazado tanto al morado como al rojo, por el brío de la nueva formación emergente y el que ha mantenido IU. Los socialistas solo obtuvieron 14 diputados de un total de 45 y no fue posible un acuerdo amplio de Gobierno progresista que incluyera al PSOE, Podemos e IU. En esa coyuntura cabían dos posibilidades, o bien que PSOE y PP llegaran a un pacto, bien tácito o explícito, para gobernar, que, de tapadillo, ha estado funcionando durante mucho tiempo en nuestra región, o bien que IU apoyara a Javier Fernández para impedir ese acuerdo y todo lo que traería consigo, como, por ejemplo, que el proyecto de la incineradora de Serín, que ya habían aprobado juntos socialistas y populares, siguiera adelante. La militancia de IU, que no quiso que la coalición gobernara con el PSOE en la anterior legislatura y tampoco en esta, fue muy responsable, inclinándose por el mal menor. Pero, el escenario político había cambiado radicalmente en España y Asturias no se iba a quedar al margen de ese cambio. Dos son los factores mas importantes que han influido en que el mapa político ya no sea el mismo del que, con alternancias, se ha mantenido en España durante los últimos años: la aparición de nuevos partidos y la deriva del PSOE hacia posiciones cada vez mas derechistas. Hay cosas que son tan evidentes que no están sujetas a la subjetividad de las opiniones.
Tras las encuestas electorales, que predicen el “sorpasso”, en el PSOE ha cundido el pánico y los dirigentes socialistas han perdido completamente los papeles. Ha quedado diáfano que su enemigo no es el PP, con el que mantenían el mismo paripé de la alternancia que en la España de finales del siglo XIX y principios del XX entre los conservadores de Cánovas y los liberales de Sagasta, sino los que quieren un cambio de verdad en nuestro país y que deje de estar en manos de los de siempre. Los primeros fotogramas de la película que estamos viendo fueron en Andalucía. Allí, el PSOE, que había mantenido una tradicional alianza con IU, se negó a implementar los acuerdos a que había llegado con la Coalición provocando la ruptura y pactando con Ciudadanos, el partido derechista de Albert Rivera. En Andalucía, Susana Díaz, una dirigente sin muchos escrúpulos y sin palabra, usó a IU como si fuera un clínex y el disgusto que aquello provocó en la militancia y en la dirección de la formación que dirigía Cayo Lara tendría consecuencias con la creación de nuevas alianzas.

En Asturias no se habían abierto hostilidades, pero la alianza entre Podemos e IU y el secreto a voces de que el PSOE piensa dejar que gobierne Rajoy, echando encima la culpa a Unidos Podemos, lo ha precipitado todo. Si Javier Fernández ya tenía una especial animadversión hacia Podemos y hacía Emilio León, porque no estaba acostumbrado a que le cantaran las cuarenta en la Junta General, el terremoto político nacional y la previsible alianza entre socialistas y populares en el Congreso de los Diputados y en la política española, le ha dado la coartada para romper con IU y que el PP asturiano y Mercedes Fernández vuelvan a ser sus aliados. Solo así se entiende que el presidente asturiano, en una grosera intervención en el mitin celebrado el martes 14 de junio en Oviedo, llamara “pitufos” y “cenizos” a los de IU, precisamente los que estaban sosteniendo su Gobierno. Ni los dirigentes de IU ni sus militantes y votantes pueden pasar por eso, y Javier Fernández lo sabe.

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