domingo, 23 de agosto de 2015

LA GRAN FECHORÍA DE EUROPA

Si alguien piensa que el imperialismo y el colonialismo han desaparecido está completamente equivocado. Los EE UU se han incorporado tarde al club, aunque han sido alumnos aventajados, pero los verdaderos protagonistas de las políticas intervencionistas y de crear guerras por el mundo en su beneficio han sido las potencias europeas. En los siglos XIX y XX los Estados europeos occidentales ya se habían repartido África y Asia, trazando fronteras artificiales, saqueando las riquezas y esclavizando a los pueblos. Un buen ejemplo de hasta que punto llegó la tiranía de los que se llamaban a sí mismo civilizados fue la colonización del Congo por parte de Bélgica. Pero, los crímenes de los europeos en las colonias fueron muchos y muy variados, como los de Italia en Libia, donde fueron confinadas en el desierto, torturadas y vilmente asesinadas cientos de miles de personas. También los franceses hicieron de las suyas en Argelia. En fin, la lista es casi interminable.
Gracias al apoyo de la desaparecida URSS muchos países pudieron sacudirse el yugo imperialista, desde Vietnam a Angola, desde Mozambique a Laos, incluso alguno de ellos lleva en su bandera el fusil ruso Kalashnikov AK-47, en guerras por la independencia donde también murieron millones de personas y donde el imperialismo se cebó especialmente. Aquella dominación grosera fue sustituida por un neocolonialismo mas presentable, pero igualmente intervencionista e igualmente criminal cuando las “naciones civilizadas de Europa” lo han considerado necesario. La mayor parte de los conflictos que asolan el mundo están relacionados con el intervencionismo imperialista, contrario a la carta fundacional de la ONU.
Los episodios mas recientes protagonizados por el imperialismo y el colonialismo europeo han sido las guerras de Libia y Siria, donde países como Francia (que tiene bases militares en todo el África subsahariana) y Reino Unido han liderado las intervenciones, arrastrando a sus aliados americanos. Pero, ese imperialismo no es solo de los Gobiernos, también de muchos intelectuales, periodistas e incluso de una gran parte de la opinión pública, que se creen con derecho a opinar y decir lo que hay que hacer en otros países y con otros pueblos, de cuyos problemas no suelen tener ni idea. Los que con artículos, editoriales y opiniones imperialistas azuzaron y aplaudieron la intervención en Libia y el apoyo a los rebeldes sirios, para “llevar a esos países la democracia”, decían, han conseguido que apareciera el Estado Islámico y que estemos asistiendo al drama de la invasión de Europa por millones de personas que huyen del infierno. Son precisamente los que enviaron los cazabombarderos F-18 a Libia o los que retiraron a nuestro embajador en Damasco los que ahora están mas compungidos y lloran con lágrimas de cocodrilo ante la avalancha de desgraciados que aporrean nuestras fronteras. Pero, a esos individuos sin escrúpulos nadie les pasa factura, los que han hecho todo lo posible para que Europa se sublimara con su última gran fechoría pretenden salir impunes de sus acciones. Yo, los acuso.


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