miércoles, 29 de julio de 2015

LAS MENTIRAS DE TURQUÍA

El pasado martes 28 de julio la OTAN ha mantenido una reunión de su Consejo a petición de Turquía. El Gobierno turco ha informado que ha iniciado una ofensiva contra objetivos del Estado Islámico y contra el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) después de varios incidentes en su frontera y ha pedido la solidaridad de los miembros de la Alianza para continuar con sus acciones armadas.
Pero, la verdad del asunto es muy distinta. Mientras Turquía quiere hacer ver a la opinión pública internacional que está implicada en la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico, en realidad es a través de la frontera turca, y con la complicidad de las autoridades de Ankara, que los terroristas del ISIS reciben mercenarios y toda clase de armamento y víveres.
Hasta el mas ingenuo debe darse cuenta que si los EE UU y la OTAN quisieran realmente acabar con el Estado Islámico y sus aproximadamente 40.000 combatientes lo harían en unos pocos días. Pero, mantener el caos en esa zona tiene sus réditos y los asesinos del Estado Islámico son un instrumento valioso para evitar que Iraq y Siria se conviertan en fuertes naciones aliadas de Irán. Un peligro para Israel, para los regímenes feudales árabes y para el imperialismo. En ese mismo contexto tenemos que enmarcar la estrategia turca, cuyo Gobierno ha visto complacido como los yihadistas asesinaban kurdos. Hasta ahora.
Porque, contra todo pronóstico, y de la misma forma que el ejército sirio lleva años resistiendo, las milicias kurdas se han enfrentado a los fanáticos del Estado Islámico con una resolución tal que están ganando la partida. En la vanguardia de la lucha se encuentran los milicianos peshmergas (los que se enfrentan a la muerte) del PKK, cuya disciplina cohesión ideológica y buena organización están siendo claves para liberar pueblos y aldeas. Hay que destacar el papel protagonista que están desempeñando las mujeres kurdas en la guerra, tanto en la logística como en el propio combate, a sabiendas de lo que les hacen, que prefiero no relatar, cuando alguna de ellas cae en poder de los terroristas del ISIS.
El PKK consolida sus posiciones y está creando el germen de un nuevo Estado, el que los kurdos llevan reivindicando durante siglos, desde que les fue robada su autonomía por el Imperio Otomano. Ese, y  no el Estado islámico, es para Turquía el enemigo y contra los kurdos, como ha hecho en el pasado, dirige Ankara sus bombas.
Turquía mantiene encarcelado en solitario y en régimen de aislamiento severo a Abdullah Öcalan, el líder del PKK, al que sus camaradas llaman “Apo”. Lo tienen confinado en la cárcel de la isla de Imrali, en el Mar de Mármara, donde cumple cadena perpetua desde 1.999, al serle conmutada la pena de muerte a la que fue condenado, y ahora quiere la colaboración de la OTAN para seguir aplastando al pueblo kurdo, al que se le prohibió hablar en su propio idioma en el país donde se ha borrado de los libros de Historia cualquier alusión a su pasado y a su legado y donde el diccionario dice que los kurdos son turcos de montaña.
Han luchado durante toda su vida y lo seguirán haciendo.

FOTO: una columna de milicianas y milicianos peshmergas del PKK que se dirigen al frente.

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