jueves, 9 de julio de 2015

EL EFECTO DE LA MARIPOSA GRIEGA LLEGA A CHINA

Quien no ha oído hablar del “efecto mariposa” según el cual el aleteo de una simple mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo. Es la dinámica del caos. Hace ahora unos dos meses, y en este mismo medio, escribí un artículo titulado  “La explosión de la burbuja de la Deuda”, que era un aviso de lo que imperativamente tenía que suceder. En él comentaba que algunos acontecimientos, como un impago de la Deuda por parte de Grecia, podían provocar una reacción en cadena de morosidad global,  o que algunas operaciones atípicas, como la compra masiva de oro por parte de China, nos pondrían en alerta de que las cosas se iban a precipitar. Sin embargo, a fuerza de ser sincero, tengo que decir que no pensaba que los acontecimientos se fueran a suceder ni tan pronto ni a la velocidad que se están produciendo.
La gravedad de la caída de las bolsas chinas y, por contagio, de todas las del sudeste asiático se ha querido achacar a operaciones especulativas a corto plazo y a que aproximadamente un 80% de los inversores son privados y, por tanto, el Gobierno chino y otros Gobiernos no pueden ejercer un cierto control sobre las transacciones. Pero, si bien es verdad que el índice de las bolsas habían experimentado un incremento muy importante recientemente y que era normal que los especuladores intentaran obtener beneficios, el papel puesto a la venta supera con mucho esa previsible eventualidad, hasta el punto que en solo dos días las bolsas de China han perdido mas de 3 billones de euros, es decir, mas del doble del Producto Interior Bruto de España. Esa situación de auténtico pánico, que vamos a ver que consecuencias conlleva, tiene, sin embargo, para mí otras causas: una, la ralentización del crecimiento económico en China, porque los objetivos de crecimiento fueron demasiado optimistas en la actual coyuntura económica internacional y porque el mercado interno chino, siendo muy importante, no tiene la capacidad de absorber una caída de las exportaciones como la que se está dando. Otra, que el dinero invertido en acciones fácilmente negociables y de alta rentabilidad a corto plazo, pero sobrevaloradas, ha entrado en pánico ante las noticias y rumores que empiezan a circular entre los inversores. Por último, tenemos el “efecto mariposa” de un pequeño país europeo en graves dificultades, Grecia, un efecto amplificado por el aleteo de la irresponsabilidad política de muchos jefes de Gobierno de los países de la Unión Europea. En efecto, en vez de reconocer que los planes de austeridad no han funcionado y que son necesarias otras medidas y otros plazos para recuperar la senda del crecimiento y la estabilidad presupuestaria, algunos dirigentes europeos están enfrascados en ridículos antagonismos ideológicos con el Gobierno griego y en utilizar los problemas de Grecia para convencer a los ciudadanos de la bondad  de sus políticas, no digamos si ya están en campaña electoral
Mientras el Gobierno de los EE UU ha percibido claramente que el asunto griego hay que tomarlo muy en serio, no ya por sacar al país del pozo y por su importancia geoestratégica, que también, sino por su capacidad de contagio, por eso el presidente Obama se ha implicado a fondo, y que hasta el Fondo Monetario Internacional, con las declaraciones de Christine Lagarde y el informe que ha publicado hace unos días, parece un aliado de Alexis Tsipras, otros, como el presidente del Gobierno español y sus ministros, los burócratas de Bruselas y la señora Merkel hacen todo lo posible para que la mariposa griega provoque un tsunami en China y en todo el mundo.



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