martes, 29 de abril de 2014

VAMOS A CONTAR MENTIRAS

Todos sabemos que la mayoría de los políticos mienten habitualmente, pero cuando se acercan las elecciones se subliman en la práctica de la patraña, porque el miedo a lo que puedan decidir los ciudadanos provoca desasosiego y temblor de canillas, mucho mas en la coyuntura actual, donde el panorama es dramático para millones de personas en España. Por eso vamos a escuchar como baja el paro, aunque no haya trabajo en ninguna parte; como las cifras macroeconómicas mejoran, aunque la Deuda Pública se acerca peligrosamente al 100% del Producto Interior Bruto y llevemos varios meses en deflación; como, en fin, “ya se ve la luz al final del túnel”, la nueva versión de los “brotes verdes”, las dos igualmente embusteras. Hay que defender el modus vivendi como sea, piensan.
Como decía Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda nazi, “una mentira mil veces dicha se convierte en verdad” y las mismas mentiras las van a repetir hasta la saciedad. Pero, los farsantes tienen un problema, no estamos en la Alemania hitleriana y en la España actual no existe la censura. Tendrán contestación en los periódicos, en la radio y en la televisión, porque la profesionalidad de muchos periodistas aún está por encima del control de los medios de comunicación por el poder, jugándose incluso su puesto de trabajo, como bien saben Federico Jiménez Losantos o Pedro J. Ramírez, personajes que no son de mi devoción, todo lo contrario, pero que, como demócrata y amante de la libertad y el pluralismo, tengo que defender. Además, las redes sociales han irrumpido con mucha fuerza en nuestra vida diaria y el intercambio de opiniones e información ha alcanzado niveles que no habríamos soñado hace pocos años. Los políticos no se han atrevido a controlar la Red y mientras exista ese foro de independencia lo van a tener muy crudo, porque sus fechorías no quedarán totalmente impunes. Gracias a Internet disponemos de muchísima información y de una herramienta para fabricar octavillas que no hay que elaborar en una “vietnamita” clandestina, y luego jugarse el pellejo para distribuirlas, cualquiera puede hacerlas desde su casa y repartirlas por el mundo entero en un santiamén.
Nos van a mentir mucho de aquí al 25 de mayo y ni le cuento cuando se acerquen las elecciones municipales y autonómicas y generales, que de ellas sí que depende el cocido de muchos/as que no han hecho otra cosa en su vida que tomarnos el pelo desde los cargos públicos conseguidos en listas cerradas y bloqueadas.

“Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, tralará”, nos cantarán a coro.

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