domingo, 27 de abril de 2014

LA INTENCIÓN DE VOTO PARA LAS EUROPEAS

Hacía tiempo que los partidos políticos no se empleaban tan a fondo en los muestreos de intención de voto y en ver cual es su tendencia, para trabajar sobre ella e intentar cambiarla si no les es favorable. Varios diarios de tirada nacional llevan semanas adelantando encuestas de prestigiosas empresas de consulta que tienen en común que el bipartidismo, que lleva gobernando este país desde hace 30 años, retrocede en beneficio de otros partidos, como UPyD e IU. Y es que los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo pueden ser el anticipo de lo que puede suceder en las autonómicas y municipales del año que viene, y en las generales del siguiente, y van a tener el valor de ser la mejor macroencuesta del futuro político en España.
Lo que mas me ha llamado la atención de los estudios demoscópicos que se están haciendo no es que el PP aparece como la primera opción, a pesar de las mentiras, incumplimientos electorales, subidas de impuestos, etc, del Gobierno de Rajoy, pues el PSOE está tan mal que en el reino de los ciegos el tuerto es el rey, sino que, al parecer, solo un 20% de los ciudadanos tiene su voto decidido. La crisis del bipartidismo no es, por tanto, solo la del PP y el PSOE, también la de los millones de españoles que los votaban, que ahora, cuando las fechorías y los escándalos de los Gobiernos que han auspiciado les afectan directamente, están desconcertados. Puede haber una gran abstención, pero no tanto porque la gente pase de estos comicios como porque muchos van a necesitar una larga retirada al desierto para reflexionar y aclararse. Un grave error, porque, en contra de lo que se está diciendo, la abstención favorecerá el status quo reinante. No va a cambiar nada si se pierde el tiempo y si uno se queda en casa llorando.
Ante la patética campaña electoral de los socialistas, con Elena Valenciano diciendo que está en contra del “austericidio” (los españoles tienen memoria) y que no hace falta sentarse en el escaño de Estrasburgo y que puede compatibilizarlo con sus cargos en el partido (“ahora muchas cosas se resuelven por teléfono”, nos ha dicho), los populares se pueden permitir el lujo de llevar un candidato de perfil bajo, Arias Cañete, especialista en meter la pata y con poco tirón electoral. ¿Cómo se puede ser tan necios de sacar a Zapatero, al que echaron los españoles a gorrazos hace poco mas de dos años, a hacer campaña? Rajoy y los suyos están de enhorabuena.
Pero, si vamos a utilizar estas elecciones como baremo de lo que puede pasar en España en los próximos meses y en próximos comicios, tendremos que particularizar. No van a estar pensando en lo mismo, por ejemplo, los asturianos que los catalanes a la hora de votar. En Cataluña las europeas pueden servir de pretexto para la primera fase de la consulta soberanista y en el Principado para ver que piensan los asturianos de la nueva, es un decir, alianza entre socialistas y populares, que ya no se esconden para mostrar que son capaces de cualquier cosa con tal de mantener su hegemonía y el reparto del cortijo, incluyendo la aprobación de ilegales créditos extraordinarios. Este amor interesado viene de antiguo, como bien sabe Gabino de Lorenzo, y fue muy útil para repartirse ayuntamientos, aprobar una incineradora que los asturianos no quieren, o para cargarse el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos.
Lo bueno de la intención de voto es que no depende del Gobierno, ni de los partidos, ni de las empresas de opinión, esos solo la pueden mediatizar, sino de los ciudadanos. El veredicto final es solo nuestro.

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