jueves, 19 de diciembre de 2013

SITUACIÓN DE VÉRTIGO

El envite que los secesionistas catalanes han planteado al Estado ha llegado ya a una situación que algún avispado periodista ha calificado de “vértigo”, aunque el presidente Rajoy todavía no se ha dado por enterado, es más, ha dicho que “ya veremos a quién le da vértigo”. El Gobierno de España y las fuerzas políticas mas importantes no parecen ser conscientes de que Artur Mas y sus aliados no van a retroceder en el camino emprendido y en sus aspiraciones independentistas a no ser que se les obligue.
Ya dijimos que 2.014 sería un año clarificador, donde los asuntos que se han dejado pudrir, con la vana esperanza de que se solucionaran por si solos, estallarán en nuestras narices. El problema de Cataluña, en contra de lo que dicen algunos partidos, algunos analistas y algunos padres de la Constitución, no es político, sino sentimental, y no se solucionaría ni aceptando que esa comunidad autónoma tuviera un status económico similar al del País Vasco y Navarra. 30 años de inmersión nacionalista y de complicidad de los partidos de ámbito estatal con los desmanes de los independentistas han creado un caldo de cultivo propicio a la ruptura. Pero es que, además, un cambio constitucional como el que se propone tendría que ser aprobado en referéndum y habría que explicar a todos los españoles porqué Cataluña debe tener un trato fiscal diferenciado y cualquiera de las restantes CC AA no forales no.
Pero, la situación de vértigo no se circunscribe solamente al problema catalán, el secesionismo vasco, liderado por el brazo político de ETA, al que se ha permitido instalarse en las instituciones democráticas, también retará al Estado. El presidente Rajoy y su partido seguramente son los menos culpables de esta situación y les toca ahora bailar con la mas fea, pero la responsabilidad de falta de liderargo y de no coger el toro por los cuernos, teniendo mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado, si es exclusivamente suya.
La crisis económica que nos afecta y a la que, digan lo que quieran, no se le ve salida a medio plazo, además de dejar a mucha gente sin vivienda y sin trabajo y cargarse a una buena parte de la clase media, ha tenido la consecuencia de dejar al Estado muy debilitado. Las grandes decisiones que nos afectan de pleno se toman en Berlín y Bruselas y son las recomendaciones y consejos del FMI, de la OCDE y de las grandes corporaciones las que diseñan las políticas a seguir. Esa debilidad del Estado y la falta de un verdadero liderargo no ha pasado desapercibidos a los enemigos de España.
El próximo año ya tenemos elecciones europeas y las demás llegarán en cascada. Los cuarteles generales de los grandes partidos están pensando en mantenerse o en sobrevivir, según los casos, pero los graves problemas que afectan a los españoles siguen sin resolver y ahora, mas que nunca, estas cosas van a estar muy relacionadas. De la misma forma que no se ha hecho nada para solucionar el problema eléctrico, por ejemplo, que ha convertido a España en el país con las tarifas mas caras de Europa y que ya está poniendo en graves dificultades a particulares y empresas, tampoco se ha enfrentado el problema secesionista.
Estamos en situación de vértigo, sí, pero antes de que nos empujen al vacío todavía podemos decidir que vamos a hacer con los que nos han dejado en el alféizar. En mayo de 2.014 tenemos la primera oportunidad.

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