domingo, 8 de diciembre de 2013

LA COALICIÓN GROSERA

Dicen algunos que a veces hacen falta coaliciones, aunque sea, en teoría, contra natura, por responsabilidad y lo dicen precisamente con mas énfasis los mas irresponsables, los que no tienen entre sus preocupaciones ni en su agenda diaria a los mayores problemas que nos amenazan. Yo tengo una opinión distinta, pienso que las coaliciones siempre se hacen contra alguien. En Alemania, ya que nos gusta poner ese tipo de ejemplos, la coalición entre socialistas y democristianos no se ha hecho por responsabilidad ni por el bien de los teutones, sino para blindar las políticas derechistas de Merkel y dar una salida al modus vivendi de algunos conspicuos del SPD, que, como el excanciller Schröder, acabarán bien colocados en las grandes empresas privadas. Mientras en los Lander de Alemania Oriental el paro es del 20% y muchos jóvenes tienen que emigrar a Suiza para cobrar algo mas que los 400 miserables euros que les ofrece Merkel, los socialistas acuden en socorro de la lideresa de la derecha europea, unos y otros, contra el partido emergente, Die Linke (La Izquierda) y Los Verdes, que, parece ser, déjeme usted partirme de risa, son los irresponsables.
Aquí, en Asturias, el panorama político ha cambiado radicalmente en los últimos años. Mientras gobernaba una coalición de “progreso” donde Areces y sus antiguos camaradas de IU daban la cara, funcionaba también una “entente cordiale” que producía pingües beneficios. Esa, y no otra, fue la razón fundamental para que Gabino de Lorenzo se opusiera con todas sus fuerzas a que Francisco Álvarez-Cascos, un candidato con mucho tirón gracias a las obras públicas que se habían hecho en Asturias mientras fue ministro de Fomento, encabezara las listas electorales del PP asturiano. Intercambiarse ayuntamientos como si fueran cromos, colaborar en especulaciones urbanísticas o subirse juntos al negocio de la incineradora, que pagarán los asturianos con su dinero y con su salud, fueron algunas de las fechorías de la coalición grosera entre la FSA y el PP.
Cascos había irrumpido en la política asturiana como un elefante en una cacharrería. Sus escritos en la prensa levantaban ampollas, pero aún eran mas incendiarios sus discursos, a pesar de su tono sosegado y didáctico. En particular, hay un discurso del actual líder de Foro Asturias que, a mi entender, marca un antes y un después en la política asturiana, el que pronunció, el 12 de junio de 2.009, en la entrega de las “sardinas de oro” de la agrupación folklórica Sabugo ¡Tente Firme!. Ya entonces, la que era consejera de Administraciones Públicas y Portavoz del Gobierno del Principado, Ana Rosa Migoya, declaró que no era “propio” el discurso del exvicepresidente del Gobierno en aquel acto. Sin embargo, la gente estaba encantada de escuchar a un político de primer nivel lo que todo el mundo pensaba y aquello fue el preámbulo de lo que vino después.
Cascos era una amenaza, como se demostró en las elecciones autonómicas de mayo de 2.011, donde ganó Foro Asturias, y había que hacer todo lo posible para neutralizarlo. Por eso, a pesar de que el conjunto de la derecha tenía mayoría absoluta, el PP presentó una enmienda a la totalidad de los Presupuestos, que fue apoyada por los socialistas. En aquel tiempo no se llevaba la ahora tan socorrida responsabilidad.
Pero, las dificultades para el mantenimiento del status quo, por el que socialistas y populares son capaces de cualquier cosa, se acrecentaron al cambiar la dirección de IU y al aparecer en escena UPyD. A partir de entonces el paripé, como todos hemos visto, se hizo imposible.

Toca ahora actuar a cara descubierta, quitándose el antifaz, por eso algunos hacen ingentes esfuerzos por justificar y hasta santificar esta coalición grosera a la que los asturianos mandarán, en cuanto tengan la primera oportunidad, al infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario