sábado, 8 de junio de 2013

GRAN HERMANO

No, no se alarme usted, no quiero comentar nada acerca del bodrio televisivo de la 5, sino de un Gran Hermano que nos vigila a usted y a mi, a todos, sin que nadie le haya dado permiso y pasándose por la entrepierna las leyes que deberían garantizar nuestra privacidad.
Aunque era un secreto a voces, se ha hecho público que conocidos buscadores y redes sociales de Internet son usados por los Gobiernos para husmear en nuestra intimidad con el objetivo, según dicen,  de mejorar nuestra propia seguridad. En concreto, se ha publicado que el conocido buscador Google y la red social Fecebook tienen un acuerdo con el Gobierno de EE UU para pasarle información de sus usuarios, a pesar de que ambas empresas nos habían hecho creer que defendían nuestros derechos. Es decir, a través de las fotos que usted sube, de sus amigos y de sus actividades, los Gobiernos, u otras organizaciones, lo tienen perfectamente controlado.
Gran Hermano, como todos sabemos, es algo mucho más importante que el insufrible programa que presenta la tiranuela Mercedes Milá; George Orwel, mi más admirado novelista, publicó el 8 de junio de 1.949 una obra maestra de política ficción, “1.984”, donde introdujo el concepto de omnipresente y vigilante Gran Hermano, que tenía, naturalmente, fines represivos. Orwel fue un visionario y con “1.984” acertó de pleno, aunque la plasmación de sus temores se ha retrasado algunos años.
Pero, no solo estamos siendo vigilados a través de Internet, varios países (EE UU, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) se compincharon para crear una red de vigilancia mundial cuyo nombre es “ECHELOM”, la mayor red de espionaje para interceptar comunicaciones electrónicas de la Historia. Cuando usted habla por teléfono, manda un fax, o un correo electrónico, etc, su conversación, comunicación, o mensaje está siendo analizado y clasificado. Se estima que “ECHELOM” intercepta mas de tres mil millones de comunicaciones al día.
El Gobierno francés presentó una protesta ante EE UU, mandamás de la organización “ECHELOM”, manifestando que era ilegal que sus ciudadanos fueran espiados por potencias extranjeras, como también lo es por cualquier organización gubernamental gala si no hay un mandato judicial. La respuesta fue que era en el propio beneficio de Francia que sus aliados estuvieran bien informados de potenciales amenazas. Sin embargo, los franceses tenían la sospecha de que la información recogida por la red de espionaje anglosajona podría estar siendo usada para otros fines muy distintos a los manifestados por el Gobierno de los EE UU. El servicio de contraespionaje francés urdió una treta simple, pero eficaz, para desenmascarar al ojo protector. A través del consorcio Airbús, se ofreció un falso contrato a India para la venta de 100 aviones. A los pocos días, el fabricante norteamericano Boeing hizo otra oferta, también para el suministro de 100 aviones, mejorando las condiciones del falso contrato del fabricante europeo. Las oscuras maniobras del Gran Hermano habían quedado patentes y Francia puso el grito en el cielo.
Naturalmente, no solo Google y Facebook colaboran con los que nos espían, también otras empresas mucho más importantes, como Microsoft. A través de actualizaciones o encriptados en programas aparentemente inofensivos, su ordenador tiene instalados archivos durmientes que pueden ser activados cuando lo estimen oportuno. Si para un particular esto puede ser un fastidio, para una empresa, un banco, un ministerio o un Gobierno puede significar la catástrofe. 
En fin, el Gran Hermano, como muy bien nos enseñó el maestro George Orwel, es el viejo Caín de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario