Tras proteger los impagos y defender la okupación, como era lógico, el mercado de la vivienda de alquiler en España ha entrado en una grave crisis, que afecta ya directamente a millones de españoles. La prueba del nueve de que la causa fundamental es la falta de seguridad jurídica de los propietarios es que la oferta se ha retraído dramáticamente, pero en España hay más de tres millones de pisos vacíos que solo se alquilan para los turistas, internos y externos, porque en bastante menos tiempo se puede obtener una mayor rentabilidad sin el inconveniente de impagos y posibles okupaciones. Otro de los errores, en el que se empecinan, es topar los precios. No se pueden topar los precios en una sociedad de libre mercado, además de lo ridículo que resulta eso cuando nadie controla en este país los pagos en dinero negro. El asunto era de Perogrullo, y algunos avisamos de lo que sucedería, pero no se nos hizo caso. Pues bien, a ver que medidas toman ahora para resolverlo.
La inmigración está cambiando el escenario político de Europa Occidental, desde Alemania a Reino Unido, desde Suecia a Italia, desde Países Bajos a Francia. Cuando dijimos que el tratamiento magnánimo dado a la inmigración irregular masiva sería la tumba de la izquierda, tampoco se nos hizo ningún caso. Ahora la inmigración decide los gobiernos (Reino Unido) cambia las sociedades (Suecia) y es el argumento que esgrime la ultraderecha para alcanzar el poder. Los mismos poderes fácticos que apadrinaron a los partidos políticos que favorecieron la inmigración (cuando les interesaba mano de obra barata) son los que ahora apadrinan a la extrema derecha cuando la inmigración sin control no es la solución, sino el problema. Así que lo que pasó en Italia no ha sido, ni de lejos, una singularidad, ha pasado y pasará en el resto de Europa Occidental en el orden que dicte la gravedad social que el fenómeno provoca en cada país. Cuando escribo estas líneas aún no sabemos quien va a ganar las elecciones legislativas en Francia, lo que si se sabe es que, gane quien gane, la política de inmigración y de residencia en la Galia va a cambiar drásticamente. Esto debería poner en alerta al gobierno español, pues no hay ninguna frontera en Los Pirineos y España podría sufrir una auténtica invasión, bien de los expulsados de Francia, bien de los que ya no encuentren acogida gentil en otros países de Europa. Pero, no voy a pedir peras al olmo. El gobierno de Sánchez, con sus políticas de manga ancha, de financiación de ONGs y de tragar todo con Marruecos, tiene ahora a miles de MENAS en Canarias (ahora no gusta que les llamen MENAS) que quiere repartir por la Península, pero en la mayoría de CC AA gobierna el PP, en algunas con Vox, y esos no parece que estén por la labor. Los independentistas de Junts ya han dicho que les parece bien eso del reparto peninsular, siempre que Cataluña no entre en la ecuación. Todos son encantadores ¿Qué calificativo, que no sea un insulto, pondríamos a los que la han liada parda, a los que se aprovecharon la de inmigración para su "procés" o a los que quieren enviar a la Armada para impedir la llegada de pateras y cayucos? ¿Cómo lo piensan impedir? ¿A cañonazos? Si los inmigrantes irregulares vienen a España arriesgando sus vidas es porque saben que una vez aquí tendrán un salario social, una solución habitacional, todo tipo de ayudas y sanidad y educación completamente gratis. Retire usted todo eso y no necesitará enviar a la Armada para impedir que lleguen pateras y cayucos y será una medida disuasoria para los que pudieran llegar muy pronto desde Francia. No vendrá ni uno. En fin, siempre habrá gente que siga queriendo que vengan todos y que los españoles solucionemos el problema social del Magreb y de toda África. Así se crearon y se crean gigantescos nichos de votos cautivos. Pues, nada, esa gente que pase por caja con su cartera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario