lunes, 22 de julio de 2024

BIDEN SE RETIRA

 


La retirada del todavía presidente de os EE UU, Joe Biden, de la carrera presidencial  es la crónica de una retirada anunciada, porque, aunque el propio presidente y sus entorno más cercano, incluida la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, insistieron hasta el último minuto que Biden sería el candidato demócrata a los comicios presidenciales de noviembre, todo el mundo sabía que, tras el intento de magnicidio de Donald Trump y dispararse en las encuestas el candidato republicano, eso sería un suicidio. Ya era increíble para la mayoría de la gente que la todavía primera potencia mundial estuviera dirigida por un anciano cuyas capacidades cognitivas y físicas eran más que deficientes y que debería estar en su casa o en una residencia, bien atendido, en vez de cayéndose por las escaleras de los aviones y saludando a personajes imaginarios. Pero, seguramente había poderes, personales y corporativos, de dentro y fuera del gobierno de los EE UU, a lo que eso les venía bien, pues así podían mandar ellos en vez de un presidente senil.

Tras la retirada de Biden el interés se centra ahora en la sucesión. Aunque tanto el presidente como los que le apoyaban han designado a la vicepresidenta, Kamala Harris, como la nueva candidata, eso no está ni mucho menos claro. Tanto Hillary Clinton, como Michelle Obama son candidatas no descartables, a las que apoyan otros lobbies y otras corporaciones. Debemos ser conscientes de la importancia de los "donantes" en la "democracia americana". Y se esgrimirá, con razón, que Harris, como vicepresidenta, ha sido partícipe de todas las fechoría de Biden. Paro mí lo único que tienen en común estas tres mujeres es que cualquiera de ellas puede tener una escoba como vehículo para sus desplazamientos a la luz de la Luna.

El atentado fallido contra el expresidente Trump (que algunos medios españoles calificaron de "intento de atentado", que no es lo mismo) ha precipitado los acontecimientos y la elección de J.D. Vance (un tipo de la América blanca profunda que está todavía más que Trump contra las políticas Woke y contra la guerra en Ucrania) ha puesto nerviosos a muchos, no solo en el Partido Demócrata y no solo en EEUU. En este sentido, tras una llamada telefónica de Donald Trump al presidente ucraniano, Zelenski, este ya ha dicho: "Podríamos poner fin a la fase caliente de la guerra hasta final de año" y que no excluye "la posibilidad de entablar negociaciones personales con el presidente Putin". Queda diáfano que la continuación, o no, de la guerra en Europa dependerá de quién sea en noviembre el presidente de los EE UU. Si lo fuera Trump, veríamos a muchos envainársela y decir Diego donde antes dijeron digo, empezando por Pedro Sánchez y terminando por Ursula von Der Layen, todos ellos a las órdenes imperiales.

Ya veremos lo que pasa, quien va a ser la candidata demócrata (yo creo que lo será Michelle Obama. (Quien no se arriesga y hace previsiones no se equivoca nunca) y quien gana las elecciones presidenciales de noviembre. Si siguen los demócratas continuará todo igual, pero si ganan los republicanos habrá una auténtica revolución cultural que se extenderá como un reguero de pólvora por todo el mundo occidental. Rusia dejará de ser la enemiga y Trump se centrará en apoyar a Israel (algo que ya ha perjudicado a España en sus siempre tensas relaciones con Marruecos) y en una guerra comercial total contra China, pues los chinos pasarían, sin ninguna duda, a ser los nuevos demonios. Veremos.

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