jueves, 11 de mayo de 2023

ABORTO ¿UN DERECHO DE LA MUJER?

 


El Tribunal Constitucional ha avalado, por siete votos contra cuatro, la ley del aborto de 2010, que consagra el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo en las primeras 14 semanas de gestación si necesidad de cumplir ningún requisito. La actual ley del aborto también autoriza el aborto hasta nada menos que 22 semanas (cinco meses) en casos como “peligro para la salud física o psíquica” de la madre, un coladero con un gigantesco fraude de ley que ya existía en la ley de tres supuestos de Felipe González. La gente debe saber que hay casos de bebés que salieron adelante con solo 22 semanas de gestación y, sin ir más lejos, Pablo Casado tiene un hijo tras solo 25 semanas de embarazo de su esposa.

La hipocresía sobre el aborto es monumental, ni se trata de un asunto que concierne solo a la mujer, ni estar a favor o en contra, aunque sea con matices, depende de una determinada ideología política, ni siquiera ser católico, o no, es un condicionante para estar a favor o en contra de la interrupción de embarazo, porque una cosa es lo que se dice y otra muy distinta lo que se hace. Si para muestra basta un botón, debemos recordar que el recurso del PP que ahora ha discutido el Tribunal Constitucional lo presentó el principal partido de la actual oposición, que también lo era entonces, hace nada menos que 13 años, y no se discutió en el alto tribunal hasta ahora, hasta que hubo una mayoría “progresista”. Seguramente la mayoría “conservadora” no tuvo tiempo en esos 13 años. Eso sí, fue la mayoría socialista en el Congreso de los Diputados la que aprobó la primera ley del aborto en España, la de los tres supuestos, de Felipe González, que hemos mencionado, y también la que enmendó la plana a esa misma ley, introduciendo la actual ley de plazos, ésta fue obra de la ministra de Igualdad, en el Gobierno de Zapatero, Bibiana Aído, que, por cierto, entró muy joven en política y a sus ubres sigue enganchada como representante de la ONU Mujeres en Ecuador y después en la ONU mujeres en Colombia. Debemos recordar también que la ONU ha excluido a los no nacidos del derecho a la vida. Y es que de eso se trata, contemplar la interrupción voluntaria del embazado, pagada, además, por todos los contribuyentes, estén de acuerdo, o no, con ella como un derecho de la mujer, soslayando el derecho superior a la vida que contempla el artículo 15 de nuestra Constitución.

Para ser un tipo de izquierda y ateo y posicionarse en contra de esta ley y en contra de que el aborto sea un derecho de la mujer hay que ser un valiente, pero hay que ser una auténtica heroína para ser mujer y también estar en contra. Algunos habían acuñado el término “feminazí” para calificar al nuevo totalitarismo feminista, pero ese totalitarismo llama ahora “machinazis” a esas heroínas (que tienen todo mi reconocimiento) que no están de acuerdo con que el aborto, por ejemplo, sea un método anticonceptivo más, sin límites éticos ni morales. Si hace quince años nos dicen que se podrían abortar fetos con cinco meses no nos lo hubiéramos creído, pero en los EE UU, de donde han venido muchas de las modas que ha abrazado el feminismo radical, ya hay Estados donde se puede abortar hasta con nueve meses de embarazo y ya hay grupos que dicen, sin cortarse un pelo, que incluso habría que barajar la posibilidad de que fuera legal "suprimir" a los recién nacidos en los primeros 12 meses de vida ¿Verdad que parece una locura? Pues, no me lo estoy inventando. También dicen que en el mundo somos demasiados y quieren "disminuir" una gran parte de la población, y tampoco me lo estoy inventando. Ni mucho menos soy el único que ha debatido sobre el asunto del aborto estos días, pero no he escuchado a nadie hablar, no solo de los derechos del no nacido, también de los derechos del padre. El derecho de la mujer a abortar libremente lamina el derecho del progenitor masculino a opinar siquiera sobre la vida de su hijo, pero si la mujer decide seguir adelante con el embarazo, entonces el padre tiene todas las obligaciones del mundo como padre. Lo de “nosotras parimos, nosotras decidimos” había gente que no lo había entendido bien.

 

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