Todos sabemos lo que han subido
los precios de los alimentos. Pueden enmascarar otras partidas de la inflación
para engañarnos con ellas, pero lo que vemos todos los días, con nuestros
ojitos, en las tiendas, en los supermercados, en los hipermercados, con eso no
nos pueden engañar. Las brutales subidas de los precios de los alimentos tienen
la consecuencia de que para millones de personas con salarios y pensiones miserables o que
viven de las subvenciones públicas llevar a su casa una cesta de la compra
mínima ya es imposible. El Gobierno lo sabe y sabe que no poder comer, o dar de comer a
sus hijos, adecuadamente es lo que más cabrea a los padres. Así que el gabinete
de Sánchez está discutiendo cual es la medida más eficaz, no sé si para que
mucha gente pueda comer o para que mucha gente no llegue demasiado cabreada a las
elecciones. Ya han barajado al menos cuatro ocurrencias, entre las que sobresalen
dos: una de las medidas, patrocinada por Yolanda Díaz, sería llegar a un
acuerdo con las principales distribuidoras para topar los precios de una cesta
de alimentos básica. Yo, en principio, no soy partidario de topar precios, pero
coyunturas excepcionales a veces exigen medidas excepcionales. No se puede
calificar esta medida de “comunista”, porque eso ya lo hizo Franco y lo está
haciendo el Gobierno de Hungría, que no es de izquierda precisamente. La receta
que propone como medida temporal Yolanda Díaz tiene las ventajas de que no
tiraría, aún más, de la inflación hacia arriba y no dejaría a nadie fuera, y
tiene el inconveniente de que las pequeñas tiendas saldrían perjudicadas. Pero,
no va a ser esa la propuesta que va a salir adelante, sino la que propone la
parte socialista del Gobierno, que no es otra que enviar un cheque a las
familias, no sabemos si con periodicidad mensual o todo junto, de una cantidad
de dinero, que tampoco sabemos, para ayudar a la compra de alimentos. Esta
segunda propuesta tiene dos graves inconvenientes: es muy complicado establecer
un baremo justo y podría, además, haber familias necesitadas que se quedarían
fuera y, por supuesto, tiraría hacia arriba de la inflación, pues la principal
causa del IPC que padecemos ha sido precisamente imprimir dinero fiat por billones y
repartirlo gentilmente. Eso sí, la gran “ventaja” de esta segunda propuesta,
sobre todo en año electoral, es que la percepción de que el Gobierno vela por
nosotros no es la misma si el Ejecutivo llega a un acuerdo con las
distribuidoras a si envía uno o varios cheques a casa de mucha gente, por eso será, ya me gustaría equivocarme, esta
segunda propuesta la que salga adelante. La medida cabal sería otra, hacer
descender la inflación, sobre todo la subyacente, que nos está empobreciendo a
todos. Pero, cuando la UE ha decidido aplicar el noveno paquete de sanciones a
Rusia, topar el precio de su petróleo y poner a trabajar a destajo la máquina de hacer
billetes para financiar la guerra en Ucrania, no va a descender la inflación, están trabajando precisamente en la dirección contraria. Así que
Sánchez se subirá a ese carro, cheques con dinero que irán a la Deuda, que
pagarán nuestros hijos y nuestros nietos con intereses, no sé si para comprar
el voto de las elecciones del año que viene o para comprar el suicidio colectivo.
Nunca he creido mucho en ese termino magico llamado pomposamente inflaccion subyacente... En serio se puede sacar de la ecuacion la subida de precio de los combustibles y la electricidad y los alimentos frescos?... Parece un poco paradojico sacar a la energia del computo cuando influye en algo tan basico como son los alimentos elaborados... Mas bien me parece una patraña similar a la de los fijos discontinuos y los de los ERTES que no computan como parados,en fin,sera por artimañas para engañas al personal,pero como ya le he comentado, veremos si cuela, y por cierto, nada mas lejos de mi intencion que insultarle,ademas está ud en proceso de conversion y eso siempre el loable
ResponderEliminar"Hay tres clases de mentiras: Las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas". Mark Twain. En EE UU sacan del cómputo de la inflación la vivienda y el mercado de los automóviles de segunda mano, que es lo que más subió allí. Para nada estoy en proceso de reconversión, es que a veces hay cosas en las que forzosamente hay que coincidir.
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