martes, 29 de noviembre de 2022

LA SEGUNDA CRISIS FINANCIERO-INMOBILIARIA

 


Así, casi sin darnos cuenta, ya estamos inmersos en la segunda crisis financiero-inmobiliaria. Mucha gente ya no puede pagar sus hipotecas y eso, exactamente, fue lo que provocó el estallido de la burbuja del ladrillo en la primera crisis ¿Cómo es posible que se haya caído por segunda vez en el mismo error? Pues, ni más ni menos porque a los que la liaron parda entonces no les pasó nada, al contrario, los han premiado con otros cargos de responsabilidad en las instituciones financieras internacionales o en los gobiernos de los Estados. La causa de que estallara la crisis financiero-inmobiliaria de 2008 fue que ya había entonces una alta inflación, aunque mucho menor que la actual. Mientras los precios subían los salarios no crecían al mismo ritmo y llegó un momento en que la gente no tenía suficientes ingresos para hacer frente a sus gastos, sobre todo a las hipotecas. Los ciudadanos estaban muy apalancados, las empresas estaban muy apalancadas, los bancos estaban muy apalancados, se debía hasta la camisa. Pues bien, lo de ahora no es exactamente igual, ahora está apalancado todo el mundo, hasta los Estados, porque el dinero fiat nos ha hipotecado a todos, hasta a los que no tenemos una hipoteca. Que no le engañen, las continuas subidas de los tipos de interés no son para controlar una inflación que no es de oferta, subiendo el precio del dinero se pretende valorizar los billones de billetes sin respaldo de valor que las locas políticas de los Gobiernos y los bancos centrales han estado implementando en los últimos años. Las subidas generalizadas de los precios, incluidas las de los alimentos, son el sacrificio que los ciudadanos tienen ahora que pagar para valorizar los “mortadelos”. Ya habíamos advertido que esto sucedería. España, que ya fue uno de los países más afectados económicamente por la pandemia al ser muy dependiente del turismo, también lo va a ser ahora con el alza del Euríbor. Ningún país de Europa tiene tantas familias propietarias de vivienda, pequeños tenedores, como España, y ningún país de Europa tiene a tantas familias tan apalancadas con las hipotecas. Los bancos han sido los primeros a los que les han empezado a temblar las canillas, temiendo una cascada de impagos que provocara otra crisis financiera como lo de 2008, pero hete aquí que el Gobierno de Sánchez ha salido raudo a echarles una mano, y han llegado a un acuerdo para alargar las hipotecas de la gente unos cuentos años más para que puedan pagar los crecientes intereses. El problema es que la cadena de apalancamiento no es de un solo eslabón, los bancos también están apalancados, como en 2008, y esta vez el apalancamiento llega hasta los bancos centrales. Es decir, si suben los gastos financieros, pero no suben los pagos mensuales de las hipotecas, habrá un grave desajuste contable a nivel general y todo se puede ir al cuerno, otra vez.

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