Así, casi sin darnos cuenta, ya
estamos inmersos en la segunda crisis financiero-inmobiliaria. Mucha gente ya
no puede pagar sus hipotecas y eso, exactamente, fue lo que provocó el
estallido de la burbuja del ladrillo en la primera crisis ¿Cómo es posible que
se haya caído por segunda vez en el mismo error? Pues, ni más ni menos porque a
los que la liaron parda entonces no les pasó nada, al contrario, los han
premiado con otros cargos de responsabilidad en las instituciones financieras
internacionales o en los gobiernos de los Estados. La causa de que estallara la
crisis financiero-inmobiliaria de 2008 fue que ya había entonces una alta
inflación, aunque mucho menor que la actual. Mientras los precios subían los
salarios no crecían al mismo ritmo y llegó un momento en que la gente no tenía
suficientes ingresos para hacer frente a sus gastos, sobre todo a las
hipotecas. Los ciudadanos estaban muy apalancados, las empresas estaban muy
apalancadas, los bancos estaban muy apalancados, se debía hasta la camisa. Pues
bien, lo de ahora no es exactamente igual, ahora está apalancado todo el mundo,
hasta los Estados, porque el dinero fiat nos ha hipotecado a todos, hasta a los
que no tenemos una hipoteca. Que no le engañen, las continuas subidas de los
tipos de interés no son para controlar una inflación que no es de oferta, subiendo
el precio del dinero se pretende valorizar los billones de billetes sin
respaldo de valor que las locas políticas de los Gobiernos y los bancos
centrales han estado implementando en los últimos años. Las subidas
generalizadas de los precios, incluidas las de los alimentos, son el sacrificio
que los ciudadanos tienen ahora que pagar para valorizar los “mortadelos”. Ya habíamos
advertido que esto sucedería. España, que ya fue uno de los países más
afectados económicamente por la pandemia al ser muy dependiente del turismo,
también lo va a ser ahora con el alza del Euríbor. Ningún país de Europa tiene
tantas familias propietarias de vivienda, pequeños tenedores, como España, y
ningún país de Europa tiene a tantas familias tan apalancadas con las
hipotecas. Los bancos han sido los primeros a los que les han empezado a
temblar las canillas, temiendo una cascada de impagos que provocara otra crisis
financiera como lo de 2008, pero hete aquí que el Gobierno de Sánchez ha salido
raudo a echarles una mano, y han llegado a un acuerdo para alargar las
hipotecas de la gente unos cuentos años más para que puedan pagar los
crecientes intereses. El problema es que la cadena de apalancamiento no es de
un solo eslabón, los bancos también están apalancados, como en 2008, y esta vez
el apalancamiento llega hasta los bancos centrales. Es decir, si suben los
gastos financieros, pero no suben los pagos mensuales de las hipotecas, habrá
un grave desajuste contable a nivel general y todo se puede ir al cuerno, otra
vez.
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