miércoles, 19 de octubre de 2022

¿OPERACIÓN PARA CARGARSE A VOX?

 


De aquí a las próximas elecciones generales nos quedan muchas cosas aún por ver, algunas previsibles, pero, en la coyuntura internacional y doméstica actual, no podemos descartar también otro “cisne negro”, ya sabe, un acontecimiento con el que nadie cuenta que puede tener consecuencias dramáticas, como lo fue la pandemia de Covid. Los partidos políticos ya se han puesto manos a la obra, porque esas organizaciones se han convertido, sobre todo, en maquinarias electorales y en agencias de contratación para los que piensan vivir de la política. Los que están en el Gobierno tienen la ventaja de tener a su disposición el dinero público de los Presupuestos, y algún otro, para hacer su campaña, por ejemplo, con los trenes “gratis” y los 400 euros para que los jóvenes, eso sí, mayores de 18 años, es decir, en edad de poder votar, compren, entre otras cosas, videojuegos. El martes 18 entrevistaron a la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en el programa Hora 25 de la SER y cuando le preguntaron al respecto de los trenes y de los videojuegos “gratis” respondió con total aplomo: “Los beneficiarios, cuando se levanten mañana por la mañana, no se acordarán, pero cuando vayan a votar dentro de un año sí”. El descaro ya es total. Como los de Unidas Podemos saben mejor que nadie lo que les va a pasar, merced a las cosas que han estado haciendo, han depositado su supervivencia en el proyecto, Sumar, de Yolanda Díaz, que es la única que se salva gracias a sus políticas desde el Ministerio de Trabajo, desde los ERTE (aunque el invento no fue suyo) hasta una contrarreforma laboral que ha logrado que la altísima tasa de empleos temporales de nuestro país disminuya. No es lo mismo ser un empleado temporal que un fijo discontinuo. Milagros, en un país donde millones de personas trabajan en actividades muy ligadas a la temporalidad y al turismo, la Virgen de Fátima. Eso sí, escuchar a la gente para hacer tu programa político, aunque suena muy bien, no es lo adecuado, un político de talla lo que tiene que hacer es convencer a la gente de que sus propuestas son las que hacen falta. Feijóo solo tiene que esperar a ver pasar el cadáver de su enemigo, de ahí su sonrisa socarrona en el Senado mientras escuchaba al Sánchez más chulesco que hemos visto. El PP ha puesto una operación en marcha para absorber a Ciudadanos. Muchos cargos del partido de Arrimadas, algunos que ya eran “paracaidistas” procedentes de UPyD, ya se habían pasado al PP para sobrevivir, pero ahora se trataría de que Ciudadanos no se presente a las elecciones, pues según las encuestas no obtendría ni un solo diputado, pero la derecha desperdiciaría decenas de miles de votos. Esto, los del PP lo tienen chupao. Pero, al mismo tiempo hay otra operación, bastante más compleja y con muchas más aristas, para cargarse también a Vox. Esta operación no la ha emprendido ni la capitanea el PP, pero, obviamente, también le favorece. Recordemos que en Galicia Vox no logró ni un solo diputado y a quién favoreció eso. Tras las elecciones andaluzas, donde Vox tenía previsiones bastante más altas que los resultados obtenidos, estalló una batalla interna, que parece más de egos que ideológica, entre Macarena Olona y la dirección del partido, pero ya hay más costuras abiertas, en Galicia, por ejemplo. Yo no creo, para nada, que la intención de Olona sea fundar un nuevo partido de ultraderecha, lo que creo es que el rencor y las navajas traperas van a ser aprovechados por los especialistas en conspiraciones y en operaciones siniestras, como Mario Conde, instrumentos de otros poderes. Vox es el único partido político en España que está claramente en contra de la agenda 2030, es decir, contra la inmigración irregular masiva, las políticas de “sustitución” y contra una nueva cultura que, bajo, la coartada de la defensa de los derechos de las minorías, lo que pretende es cargarse la familia tradicional. Vox es un peligro para los que mandan, pero es el propio Vox su mayor enemigo. Como identificó muy bien Julio Anguita, a la actual ultraderecha española “le falta el componente social”, Vox no defiende, para nada, las políticas sociales franquistas o las empresas estatales, como el INI, y, al contrario de otros partidos de la ultraderecha europea, Vox es un partido ultraliberal y ultracatólico. Así que cargarse al partido de Abascal va a ser fácil, sobre todo si le sacan a relucir cosas feas, como su financiación ilegal. Es patético ver ahora a Abascal quejarse de lo que le hacen en la Sexta y de lo que le hace Ana Rosa Quintana cuando estuvo encantado de lo que le hicieron a Podemos. Yo pensaba que Bonilla era, indiscutiblemente, el hombre con más baraka de España, pero estaba equivocado, es Feijóo. Atentos.

1 comentario:

  1. Hombre, esto era algo que se olia hace tiempo..lo que mas desean PP y PSOE es el bipartidismo y robar cuatro u ocho años cada uno sin cambiar practicamente nada..presiento que cargarse a VOX va a ser mas complicado de lo que fue hacerlo con Ciudadanos,un partido que tan pronto apoyaba a la izquierda como a la derecha light..los votantes de VOX forman un grupo bastante compacto..no creo que puedan finiquitarlo sacando trapos sucios,sino mas bien resfregandoles que cuando estan en poder,como en CyL, no hacen nada..es otro partido mas en coalicion con el PP,que no molesta demasiado y que tiene de extrema derecha lo que yo de musulman..al final,aunque suene a tópico,el leon de VOX no es tan fiero como lo pintan..problema aparte es si Feijoo podra gobernar sin los de Abascal,si es que suman mayoria

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