sábado, 29 de octubre de 2022

LAS HIPOTECAS Y LOS JUEGOS MALABARES

 


Aunque las autoridades monetarias europeas se han estado resistiendo como gato panza arriba, finalmente el BCE ha seguido la misma senda que la Reserva Federal de EE UU, es decir, subir otra vez, y su presidenta, Cristine Lagarde, ya nos ha dicho que no será la última, los tipos de interés, en esta ocasión en ¾ de punto. Son muchos los economistas que coinciden en que esta no es la medicina adecuada para la crisis que padecemos, porque no estamos, como en otros ciclos económicos que hemos visto a través de la Historia, en una crisis de consumo, esta es una crisis monetaria, por mucho que hayan querido culpar a Putin de la inflación. Pero, en fin, algo tienen que hacer los gobiernos y los burócratas de las instituciones supranacionales, incluidos los bancos centrales, para intentar solucionar la que han liado y recurrir a elevar el precio del dinero, es decir, que los ciudadanos y las empresas paguen sus ocurrencias, es de libro. Así que hemos pasado de tener intereses hasta negativos a un 2% en muy poco tiempo, lo que ha disparado el Euríbor y, en consecuencia, las hipotecas. Habíamos dicho hace tiempo que todo ese dinero fiat que han estado fabricando y repartiendo gentilmente (siguen haciéndolo) finalmente lo tendrían que valorizar los ciudadanos con sus sacrificios, pero yo tengo serias dudas de que con este tipo de sacrificios se vaya a valorizar el dinero sin respaldo de valor y los mercados piensan también así, porque la subida de los tipos de interés en Europa no ha tenido ningún efecto sobre la cotización del euro con respecto al dólar y la divisa europea sigue manteniendo la paridad que ya tenía desde hacía unos cuantos días ¿Cómo serán de graves los problemas económicos en la UE para que el euro haya caído hasta cotizar en paridad con el dólar, una moneda sobre la que actualmente hay que tener mucha fe para creer en ella? Los españoles que tienen una hipoteca, que son muchos, van a pagar, de media, entre 200 y 300 euros más al mes, algo que puede suponer la puntilla para muchas economías familiares que ya tienen que hacer juegos malabares para llegar a fin de mes. Falta cada vez menos para las elecciones, unas elecciones donde los políticos se juegan su modus vivendi, por eso harán lo que sea necesario para no perder votos, si hace falta engañando a la gente y/o con juegos de triles, que viene a ser lo mismo. El Gobierno del señor Sánchez ya tiene preparado un acuerdo con la banca para alargar el tiempo de la amortización de las hipotecas y que no se le desmande el rebaño. O sea, hipotecas que ya eran casi de por vida pasarán ahora a nuestros hijos y nuestros nietos, pero, eso sí, seguiremos pagando lo mismo al mes. No me diga usted que no es maravilloso.

Tras las últimas estimaciones de voto del CIS, las únicas que daban unos resultados contrarios a todas las demás encuestas, no debemos descartar que entre todas las cosas que se piensan hacer para llegar en las mejores condiciones posibles a las elecciones esté también cocinar datos y alterar estadísticas. Recordemos que en estos momentos todas esas teclas dependen directamente del Gobierno, que no es lo mismo que del Estado. En este sentido, sería muy grave (no digo extraordinariamente grave y explico por qué) que también se maquillaran o se alteraran las cifras macroeconómicas que tienen una repercusión directa en la propaganda y en los pagos enormes que tiene que hacer la Administración, por ejemplo, a los jubilados. Recordemos que cuando Mariano Rajoy y el PP llegaron al Gobierno constataron que Zapatero y los suyos, a la vez que repartían dinero público para comprar votos, habían maquillado el déficit nada menos que en tres puntos. ¿Se podría alterar y mentir también sobre el dato de inflación? Por supuesto, Grecia lo hizo para entrar en la moneda única. A mí me extraña mucho que mientras Alemania, Italia, Reino Unido, o Países Bajos han tenido una inflación interanual este octubre del 10,4; 11,9; 10,1; y 11,3 respectivamente, España haya bajado su inflación un 1,6% en solo un mes, hasta el 7,3%, (que sigue siendo muy alta, eso sí) porque no veo razones objetivas para ello. El caso de Francia, con una inflación de “solo” el 5,6 %, se entiende porque su mix energético y el control del Estado sobre los precios de la energía lo consiguen. Por supuesto, una fechoría de este calibre sería gravísima, pero, yo ya he visto fechorías gravísimas en este país y no ha pasado nada.

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