LA BIOGRAFÍA AUTORIZADA DE JUAN CARLOS

 En la revista francesa, París Match, han empezado a salir extractos de la biografía del rey emérito que ha recogido en un libro, que verá la luz en breve en Francia (en España el próximo año) la periodista gala, Laurence Debray, bajo el título de "Mi rey caído". Se trata de una biografía, autorizada por Juan Carlos, escrita por una periodista de 45 años que se declara ferviente admiradora del emérito y de la que se dice que también ha podio ser una de sus "amigas íntimas". Hay gente que cuando sienten a la de la guadaña cerca se dedican a escribir cosas sobre su vida para dejárselas a sus familiares, a veces son simples papeles y a veces, sobre todo si son personajes importantes, son biografías, entre estos últimos los hay que ese trabajo se lo dejan hacer, o se lo encargan, a otros, eso son las biografías autorizadas, donde, naturalmente, siempre salen bien parados. Las biografías autorizadas todavía son más parciales que las autobiografías, porque el biógrafo, o biógrafa, frecuentemente se inventa cosas, o las adereza groseramente, para hacer la biografía del personaje del que escribe más llamativa y/o atractiva. Una de las ventajas de ser ateo (también hay inconvenientes) es que a los que no creemos que el Universo ha necesitado "un hacedor", ni, por supuesto, en el Cielo, el Purgatorio y el Infierno, nos importa bastante menos (salvo por la familia) lo que opine la gente de nosotros una vez muertos que a los creyentes, que seguramente esperan ser queridos cuando estén en "el más allá". Lo que los ateos no entendemos es que si hay personas que están tan convencidas del Paraíso no tengan ninguna prisa por marcharse a él si han sido buenos, y si creen en el Infierno hagan, por ejemplo, las terribles cosas que han hecho tantos curas (el último escándalo masivo de pederastia ha sido en Francia precisamente) cuando ellos mismos dicen que fue Jesús de Nazaret el que espetó: "Pobre de aquel que escandalice a un niño, mejor se colgaba una piedra de molino al cuello y se tiraba con ella a un pozo". En fin, una cosa es ser ateo y otra muy distinta que no valores positivamente el mensaje del Evangelio o que no quieras que tus hijos den clases de religión para que conozcan Historia y en qué están basada/dos la ética y los valores de la Vieja Europa, nuestros valores. Parece evidente que muchos que dicen ser creyentes mienten como bellacos.

Juan Carlos lleva tomando el pelo a casi todo el mundo durante toda su vida, se lo tomó a su familia, se lo tomó, en particular, a su padre, se lo tomó a su esposa y, lo peor, se lo ha tomado a los españoles. Siempre ha hecho lo que le ha dado la gana en la seguridad de salir impune. Sin embargo, aunque parezca increíble, sigue teniendo muchos adeptos. Una de las coartadas que esgrimen muchos de sus incondicionales para disculpar todas las correrías sexuales, el fraude fiscal y la desvergüenza general de Juan Carlos es su papel durante la Transición y en los acontecimientos del 23F, que no son los mismos, ni de lejos, que los del golpe de Estado de semanas antes, el que triunfó, contra el entonces presidente Adolfo Suárez, que fue obligado a dimitir. Yo estoy completamente seguro que en esta biografía autorizada no solo no saldrán las cosas tremendas que ha hecho este personaje durante tantos años, no saldrá la verdad de lo que sucedió en este país durante los meses de finales y 1980 y principios de 1981, porque entonces los defensores del emérito se quedarían sin coartada. "Lo siento mucho, me he equivocao y no volverá a ocurrir". Que la última tomadura de pelo de Juan Carlos sea para sus incondicionales.