jueves, 28 de abril de 2016

LA PROPAGANDA EN LA CAMPAÑA ELECTORAL

Ya estamos inmersos en una nueva campaña electoral, que los grandes partidos, bajo la coartada de la austeridad, quieren minimizar, para que no se hable mucho de porqué ha tenido que dimitir el ministro de Industria y qué es lo que han firmado con Ciudadanos, por ejemplo. Eso sí, el bipartidismo, que se resiste a desaparecer, ha puesto a funcionar sus aparatos mediáticos y a sus propagandistas, que ahora denominan “expertos en comunicación”, a destajo. Como en la pasada campaña electoral, no tratan los graves problemas que aquejan a la mayoría de españoles, sino lo poco que tienen en el frigorífico los venezolanos. A mi puerta tocan el timbre tímidamente algunos pobres, ya no piden una “ayuda” como hace años, sino un bocadillo o un litro de leche, algunos/as vienen con niños de la mano que miran con ojos tristes, y yo resido en España, no en Venezuela. Necesitarán mejores argumentos para engatusar a la gente.
Mientras que en el PP y del PSOE otra vez vuelven a aparecer las navajas traperas, bien a plena luz y haciendo sonar el trinquete al abrirlas o entre bambalinas, unos/as para posicionarse de cara al futuro congreso del PSOE  y otros/as o esperando la definitiva muerte política de Rajoy, otro problema ha surgido a los que hasta hace cuatro días eran hegemónicos, la mas que posible alianza electoral de Podemos e IU. El casi un millón de votos de la Coalición rojiverde, merced a la injusta Ley Electoral, se transformaron en solo dos diputados, pero, si la izquierda acude unida a las elecciones, esas trampas ya no funcionarán. No solo eso, que esa posible coalición electoral lleve entre sus cabezas de listas a Alberto Garzón, el político mejor valorado en las encuestas del CIS, también es un inconveniente. Llamar “piojoso” o “perroflauta” a Garzón no va a tener mucho gancho y mucho menos querer echarle sobre las espaldas 100 millones de muertos, como hacen algunos descerebrados que parecen no saber que el PCE hace muchos años que condenó los crímenes stalinistas, como condenó la invasión soviética de Checoslovaquia y Afganistán, o que fueron precisamente los comunistas vietnamitas, no los que todavía aplauden hasta con las orejas la “democracia orgánica” franquista, los que acabaron con el criminal régimen de Pol-Pot en Camboya. Mal lo tienen los que quieren echar mierda sobre el bueno y educado Garzón, como mal lo tendrían los que quisieran hacer lo mismo, culpándole de los crímenes de la Inquisición, con el Papa Francisco, que tiene la misma cara de santo (y ya sabe usted que la cara es el espejo del alma) que tenía Juan XXIII.
Hablen otros de Venezuela y de los “peligrosos” comunistas mientras los ciudadanos hablamos de los cinco millones de parados, de los salarios de miseria, y de la corrupción insoportable. Hablen otros de sus bobadas mientras nosotros hablamos de que ya está bien que los trabajadores paguen los impuestos a los ricos y de que nos tomen el pelo.

Los que nunca han gastado millonadas en la campaña electoral, porque la banca no se la financiaba y luego les perdonaba las deudas, no tienen problemas con una campaña austera, siempre han estado condenados a la austeridad. Otra vez pondrán a trabajar a sus  militantes y sus simpatizantes y otra vez llenarán los estadios y las plazas con su mensaje.

3 comentarios:

  1. Interesante artículo de Ignacio Sotelo, que publica la edición de hoy del país.

    http://elpais.com/elpais/2016/04/14/opinion/1460620467_430706.html

    ResponderEliminar
  2. Perdón, quise decir de el diario El País.

    ResponderEliminar
  3. Otra vez tengo que discrepar con usted, querido amigo. El artículo de Ignacio Sotolo me recordó mucho al libro de Pierre Joseph Proudhon, "Filosofía de la Miseria", que fue contestando en su día contundentemente por "Miseria de la Filosofía" de Karl Marx. Aunque Sotelo se queja y denuncia las desigualdades y contradicciones del capitalismo imperante, como siempre han hecho los socialistas y los pequeño burgueses, como Proudhon, no ofrece alternativa. En resumen, es el mismo relato ya conocido del fin de la Historia y de las ideologías y la misma receta de la resignación. Afortunadamente, no todos nos resignamos.
    NOTA: Aunque es cierto que la economía china ya no está totalmente estatalizada y la empresa privada ha crecido allí con fuerza, no debemos olvidar que se mantiene la planificación y los planes quinquenales y que el poder no reside allí en las grandes corporaciones y en los grandes bancos, sino en el PCCh. Nos puede gustar o no, pero esa es la verdad.

    ResponderEliminar