domingo, 24 de abril de 2016

SU PROPIO ENEMIGO

“Hola, amiga cabra, ¿porqué no dejas esos riscos estériles y peligrosos y bajas a los prados donde estoy?, aquí hay frescas y deliciosas hierbas para que te des un gran festín". Así, como el león aconsejaba a la cabra, dan algunos también recomendaciones a Podemos e IU sobre una posible alianza electoral de ambas formaciones políticas: “sería perjudicial para ellos”, “1+1 no siempre son 2”, “son organizaciones muy distintas”, “no va a poder ser”, “es imposible”. Que sean precisamente los mismos que llaman a unos “piojosos” y “perroflautas” y a los otros “comunistas totalitarios” los que, de repente, han sentido un súbito prurito por manifestar lo que conviene a Podemos e IU es tan patético como divertido.
Seguramente ningún dirigente, militante, simpatizante o votante de Podemos e IU será tan ingenuo como para hacer caso al león que, mientras dice velar por su bienestar, los está esperando prestas sus fauces. Por eso lo que mas trabaja contra la unidad de las fuerzas progresistas no son sus enemigos, sino ellos mismos. Yo creo que algunos dirigentes de Podemos e IU deberían subir a los riscos y ver desde allí el mundo, porque a veces es imperativo cambiar de perspectiva. ¿No nació IU para construir un movimiento político de progreso, pero plural? ¿no ha crecido Podemos al calor de la indignación popular y no de un credo ideológico? ¿no ha sido SYRIZA, la coalición de la izquierda radical griega, un ejemplo? ¿No han sido, en fin, las candidaturas de unidad popular las que han cosechado el verdadero éxito en las elecciones municipales?  
Julio Anguita, el excoordinador general de IU, dio un mitin magistral el 16 de junio de 2.012 en Sabadell, en él analizaba la situación política y social en España y, a pesar de que han transcurrido casi cuatro años desde entonces, lo que dijo allí está mas de actualidad que nunca: “en España está instalado un estado de excepción, en lo económico, en lo social, en lo político y en lo moral. No vivimos en la normalidad de una sociedad sana. La corrupción en nuestro país es una práctica habitual, constituye una parte de su naturaleza esencial y esa corrupción se extiende a los tres poderes del Estado, al Legislativo, al Ejecutivo y al Judicial y llega a las mal altas magistraturas del Estado”. En aquel mitin Anguita proponía un movimiento cívico, al que llamó “Somos mayoría”, que pudiera servir de instrumento para la reacción de las fuerzas populares contra la situación de podredumbre del país y, a pesar de su delicada salud, se ofreció a liderarlo. La dirección de IU no se tomó en serio aquel proyecto y dieron la espalda al mejor líder de la izquierda española. Pero, aquella idea no cayó en saco roto y poco después un puñado de jóvenes profesores universitarios la pusieron en práctica, fundando un movimiento político, Podemos, que bebió de las enseñanzas del viejo maestro de escuela retirado. Pero, sin duda, el mejor discurso de Julio Anguita lo pronunció en presencia del Premio Nobel, José Saramago, en 1.999 bajo el título de “Despierta” (ver en Google, imprescindible). Para algunos, aunque parezca una exageración, está considerado el mejor discurso político de la Historia. En él Anguita, poniendo como ejemplo a Galileo y su famosa frase “y sin embargo se mueve”, daba a escoger a la audiencia entre la resignación o plantar cara. En ese brete, y no en los cálculos electorales, está la izquierda española y ese reto tienen ante sí Podemos e IU.
Que algunos dirigentes de IU hablen de la importancia de las siglas y que algunos conspicuos de Podemos teman contaminar la frescura de su movimiento político con los viejos comunistas es la prueba del nueve de que no han entendido nada y de que son su propio enemigo. Lo importante (otra vez Anguita) es el programa, lo que esa mayoría de españoles necesita.



5 comentarios:

  1. La última entrada en su blog supone todo un panegírico sobre la figura de Julio Anguita, al que poco menos sugiere que se le encumbre como figura señera de la política española más reciente. Pues mire, va a ser que no.

    Yo voté a Julio Anguita en las tres ocasiones en que encabezó la lista de IU al Congreso de los Diputados. Fue la última vez que voté a IU y una de las razones para hacerlo fue contribuir con mi modesto voto al “sorpasso” al PSOE. Pese al “programa, programa, programa”, no pudo ser y, con Anguita a la cabeza, Izquierda Unida nunca obtuvo más de 21 diputados. Claro que después de la jubilación política del “califa rojo”, la cosa empeoró notablemente e IU nunca obtuvo más de 11 diputados (año 2011, con Cayo Lara como candidato).

    La aparición del fenómeno Podemos ha venido a cambiar radicalmente el panorama político a la izquierda del PSOE y de la izquierda en general. Podemos obtuvo en el 20D la friolera de cinco millones de votos, duplicando el mejor resultado de IU que, con Anguita a la cabeza, obtuvo 2.640.000 en los comicios generales de 1996. Tal resultado, me refiero al obtenido por Podemos, no cabe atribuirlo a un crecimiento espectacular del voto radical de izquierdas. Pese a que haya podido nutrirse de votos del PSOE, que ha obtenido los peores resultados de la historia democrática más reciente en España, bajo mi punto de vista, sólo pueden explicarse los extraordinarios resultados obtenidos por Podemos por la radicalidad y la transversalidad de su discurso electoral; ello unido a la circunstancia de aparecer sin mácula ante el electorado. Ellos mismos se encargaron de airear que no eran de izquierdas ni de derechas y que, en todo caso, su modelo de referencia era la socialdemocracia nórdica. Cuestión distinta es que ese “desiderátum” se compadezca con el radicalismo de su programa económico y de modelo de Estado, sobre todo en el ámbito territorial que preconizan.

    Ahora, Podemos le ofrece a IU un diálogo para negociar una eventual plataforma de coalición entre ambas organizaciones, mientras que hace apenas cuatro meses se negó en redondo. Cabe suponer que tal cambio de criterio se deba al previsible descenso electoral que parecen vaticinarle las encuestas, ya que, de otra manera, no parece explicable.

    A mi, personalmente, me importa poco que se produzca o no ese acuerdo. Otra cosa es lo que pueda parecerle a los socialistas, que serían los principales dannificados por la concentración del voto radical de izquierdas en la opción Podemos-IU. Dicho esto, esa eventual coalición me suscita algunas dudas, que trataré de recoger en el siguiente comentario.

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    1. Bien, es cierto que para mí, después de Adolfo Suárez, Julio Anguita es el mejor político que hemos tenido desde la Transición. Lo reitero. Usted dice que "va a ser que no" y como único argumento esgrime que siendo Anguita coordinador general de IU solo obtuvo 21 diputados. No va a convencer a nadie con eso, porque Rajoy o Zapatero tuvieron muchos mas y han sido unos políticos desastrosos.

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  2. Primera.- ¿Que naturaleza va a tener ese eventual acuerdo? ¿Va a ser una coalición coyuntural, basada en el intento de sumar 5 + 1 o va a ir más allá y va a implicar algún otro tipo de cambio estructural en ambas organizaciones? Evidentemente, en lo que respecta a la configuración del programa electoral, no creo que vayan a tener problemas. Ambas organizaciones comparten la radicalidad de su discurso económico, la ambición por el “sorpasso” al PSOE, en la línea de lo acaecido en Grecia con Syriza y un curioso alineamiento con el radicalismo nacionalista de izquierdas. Además, los une una visión guerracivilisa de las historia de España desde 1936, con el paréntesis que supuso para el PCE el Pacto por la Libertad que formuló Santiago Carrillo y que resultó vital para la reconciliación entre los españoles al final de la dictadura franquista.


    Segunda.- Si esa coalición electoral se produce, ¿Resulta plausible esperar que se produzca la suma mecánica de los votos obtenidos por Podemos, más sus confluencias e IU el pasado 20 de diciembre? Es evidente que ante esta pregunta caben todo tipo de elucubraciones, pero, a priori, se me antoja difícil que esa suma se produzca mecánicamente. Y no tanto porque la afiliación a ambas formaciones no vaya a seguir la consigna de voto de sus líderes, sino porque parte de sus votantes dejen de sentirse identificados con el nuevo proyecto resultante.

    A este respecto, no debe olvidarse que en Podemos existen distintas sensibilidades, que personifican Pablo Iglesias y Errejón. El primero defiende un discurso de izquierda radical, mientras que el segundo parece inclinarse más por un mensaje más transversal que concite también el voto no filocomunista. Tampoco en IU parece existir unidad de criterio a este respecto y hay cuadros que temen ser utilizados por la nueva estrategia de Podemos y que puedan diluirse las identidades ideológicas de IU.

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  3. En cuanto a porqué Podemos obtuvo mas de cinco millones de votos y al posible acuerdo programático de la formación de Pablo Iglesias con IU, creo, con perdón, que no ha entendido nada. Por eso le recomiendo otra vez (veo que no lo ha hecho) que pinche en Google los discursos de Julio Anguita en Sabadell y el de "Despierta", ante José Saramago.
    Anguita, aunque D. Julio no sea de su total devoción, desgranó ya entonces el modus operandi que luego implementó Podemos. Y esa estrategia no fue diseñada por un socialdemócrata y mucho menos por alguien que cree en la transversalidad, sino por un viejo comunista que sigue creyendo en la lucha de clases y en que el Pueblo y el Estado son los que deben ejercer el poder.

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  4. Efectivamente. Julio Anguita hace mucho tiempo que dejó de interesarme. Su tiempo, efectivamente, ya pasó y yo prefiero gastar el mio bebiendo en otras fuentes más plurales y sacando mis propias conclusiones que, por cierto, no tienen porqué coincidir con las suyas y a las que yo respeto absolutamente.

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