lunes, 30 de noviembre de 2015

EL CIRCO DE LA CAMPAÑA ELECTORAL

Ya estamos inmersos en plena campaña electoral y otra vez asistimos, no a debates y propuestas serias, sino al circo que ya hemos visto otras veces, con triples saltos mortales con tirabuzón dialécticos, piruetas inverosímiles para esconder las mentiras y mil y una payasadas. Eso sí, ninguno de estos políticos de pacotilla, pues no veo ningún estadista en el horizonte, se va a subir al trapecio, sin red, naturalmente.
Llama mucho la atención que, a pesar de ser el paro la mayor preocupación de los ciudadanos, los candidatos están poniendo el acento en otros asuntos, como en bajar los impuestos y algunas otras cosas que ya se habían prometido en la campaña de las generales del 2.011, pero que luego no se cumplieron en toda la legislatura. También es significativo que nadie hable de la Deuda, que se ha incrementado en 350.000 millones de euros desde que gobierna Rajoy, y que ya alcanza el 100% del Producto Interior Bruto. Esa cifra brutal, que tendremos que pagar todos, y también nuestros hijos y nuestros nietos, y que lastra como una losa el crecimiento económico, no parece preocupar demasiado a los partidos políticos.
Pero, el asunto tabú en los debates y en las propuestas es el verdadero problema mas importante que tenemos en este país: la economía sumergida y el fraude fiscal, que ya alcanzan cotas que están poniendo en serio peligro la capacidad de recaudación y, en consecuencia, el cuadre de todas las cifras macroeconómicas de los Presupuestos. No se va a poder reducir ningún impuesto, sin aumentar el déficit y la Deuda, claro, si no se entra a saco en la gigantesca bolsa de fraude que hay en España. Nadie parece estar por esa labor.
Mientras en España se puedan defraudar a Hacienda hasta 150.000 euros sin que esto sea delito, mientras en España se puedan cobrar toda clase de servicios sin emitir factura con IVA, mientras en España, en fin, se pueda emplear gente sin contrato o hacerla trabajar el doble de horas de las que dice el contrato basura, la economía sumergida y el fraude fiscal seguirán campando a sus anchas. Lo peor es que no son los que mas ingresos tienen los mas afectados por este grave problema, sino los que tienen una nómina, los trabajadores, a los que la Administración tiene cogidos por la entrepierna y ya les cobra por la mano, y por adelantado, los impuestos.
Mucha gente se preguntará porqué nadie se mete con la economía sumergida y el fraude fiscal. Que lo haga la derecha puede parecer compresible, pues tiene un importante nicho de votos entre muchos profesionales y empresarios que no cumplen con sus obligaciones fiscales, pero que también lo haga la izquierda da que pensar. Todo se resume en que, entre unos y otros, han construido un país que se vendría abajo si se hiciera cumplir la Ley y si se entrara a saco contra el fraude. En efecto, son millones de personas las que viven en España en una economía paralela, en otro mundo económico, que si se regularizara provocaría una hecatombe. Eso tiene unos responsables y unas consecuencias gravísimas para nuestra economía y para nuestro futuro, por eso no nos hablan de ello en la campaña electoral y por eso no tienen ninguna intención de corregirlo, no con miles de inspectores de Hacienda y de Trabajo, sino con unas leyes y un Código Penal lo suficientemente duros para disuadir.


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