domingo, 10 de mayo de 2015

MARGALLO EN MAUTHAUSEN

El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, asiste hoy a la celebración de la liberación por tropas norteamericanas del campo de trabajo y exterminio de Mauthausen (Austria) donde unas 100.000 personas, de unas 40 nacionalidades, fueron asesinadas por los nazis, la mayoría de ellas tras un trabajo esclavo, con jornadas inhumanas y casi sin alimentación, donde, cuando desfallecían, eran rematadas a golpes o tiros en la nuca. Entre aquellos desgraciados había unos 7.500 españoles, entre hombres, mujeres y niños, la mayoría estaban en el subcampo de “Gussen”, que fue apodado “el campo de los españoles”. Los españoles, republicanos que habían huido a Francia tras la victoria franquista, al contrario que los judíos húngaros, por ejemplo, cuando fueron apresados por los alemanes no tuvieron ningún apoyo del régimen del general Franco y este dio carta blanca a los nazis para que los exterminaran.
En estos días, cuando se celebra el 70 aniversario de la derrota nazi, es de justicia recordar la contribución de los republicanos españoles a la victoria aliada y sus calamidades y penurias. Miles de ellos participaron en la lucha clandestina en Francia, en el “maquis”, y algunos llegaron a tener mucha relevancia, como el comandante Palacio. Otros, que habían huido a Argelia desde Alicante, lucharon con las fuerzas de la Francia Libre del general Degaulle contra el Áfrika Korps y luego, encuadrados en la Segunda División Blindada del general Leclerc, desembarcaron en Normandía. Una de las unidades de aquella División, la novena compañía, estaba formada íntegramente por españoles y fue la primera de las fuerzas aliadas que liberó París.
También hubo españoles luchando en Rusia, allí en los dos bandos. Muchos de los “niños de la guerra” que había acogido la URSS, mintiendo sobre su edad, se enrolaron en las filas del Ejército Rojo y pelearon en tierra y como pilotos de caza. Incluso el primogénito, y único hijo varón, de Dolores Ibárruri, Rubén, murió en los encarnizados combates por el control de la Estación Central de Ferrocarriles, en Stalingrado, tenía 23 años y era teniente. Se le concedió la máxima condecoración de la URSS, héroe de la Unión Soviética y hay un monolito erigido en su memoria en Volgogrado (antigua Stalingrado) Los soviéticos tuvieron el detalle de no enviar a los republicanos españoles a combatir al Frente de Leningrado, para que no tuvieran que enfrentarse a los soldados españoles de la División Azul que luchaban allí junto a los nazis alemanes. No todos los soldados de la División Azul habían acudido a Rusia a “luchar contra el comunismo”, pues, en mis largas conversaciones con algunos de ellos he podido constatar que hay historias de todos los tipos y que también los había horrorizados con los excesos de los nazis en Rusia. También lo pasaron muy mal, para darse una idea baste recordar la tragedia del lago Ilmen, donde casi de la totalidad de los miembros de una compañía de esquiadores españoles, que había sido enviada para romper el cerco ruso sobre las fuerzas alemanas, murió congelada. Tras la guerra, los voluntarios divisionarios españoles hechos prisioneros por los soviéticos no murieron asesinados y fueron devueltos a España en marzo de 1.954.

Hoy, nuestro ministro de Exteriores, junto con personalidades de varios países, rendirá un homenaje a las víctimas de Mauthausen y se harán votos para que nunca mas se vuelva a repetir todo aquello.

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