domingo, 9 de marzo de 2014

EL REPARTO DE UCRANIA

Todo parece indicar que, tras la ocupación por parte de Rusia de Crimea y algunas zonas adyacentes, Ucrania se romperá en dos zonas, la oriental, pro-rusa, y la occidental, la de los que quieren entrar en la UE. Los ciudadanos ucranianos se han dejado llevar por los aventureros, por los que solo buscan su interés personal y por las potencias de la OTAN. Lo pagarán muy caro.
Para los habitantes de Crimea la ruptura no va a suponer ningún trauma, por muchas razones. Sentimentalmente están encantados por volver a formar parte de Rusia, porque, desde que la zarina Catalina II, "La Grande", se anexionó esa tierra, fue parte de Rusia, hasta 1.954, cuando el entonces secretario general del PCUS y máximo mandatario de la URSS, Nikita Jruschov, ordenó que se integrara administrativamente en Ucrania, por entonces una de las repúblicas federadas soviéticas. Jruschov era un experto en esa zona geoestratégica, no olvidemos que nació en la aldea rusa de Kalínovka, muy cerca de la frontera con Ucrania, pero, sobre todo, que había comandado el Ejército Rojo en la Batalla de Stalingrado, la mayor de la Historia, que aconteció también cerca de Ucrania. Su decisión no fue arbitraria y tenía el objetivo fundamental de atraer a los ucranianos occidentales, que habían luchado junto a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Crimea y las regiones de habla rusa bañadas por el Mar Negro constituyen la parte mas rica de Ucrania, pues la mayor parte de sus fábricas están instaladas allí y es la única salida al mar del país. La separación del resto de Ucrania, como le sucedió a Rusia con la desmembración de la URSS, supondrá una mejora económica importante para los habitantes orientales, que también gozarán de unas materias primas a precios de compatriotas. Muy al contrario, la partición de Ucrania será un auténtico drama para la parte occidental, la que irresponsablemente se ha subido al carro de los oportunistas y a las estrategias de la OTAN. La UE se va a anexionar un país pobre, con muy poco tejido productivo, pero con mas de 45 millones de habitantes. Mano de obra cualificada y barata y consumidores para los productos alemanes. Pero, Ucrania está en bancarrota y tiene ahora que pagar a precios de mercado el gas ruso, y lo que debe a la Federación, y para que su población no se vuelva contra los que han dirigido el golpe de Estado contra Yanukóvich, y contra las potencias occidentales que lo han alentado, es necesaria una inyección urgente de dinero. La UE ya ha comprometido una primera ayuda de 11.000 millones de euros, que no va a ser la única, eso sí, estará sujeta a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el que se exigirá al Gobierno de Kiev la implementación de duras reformas que van a sufrir los ucranianos en sus carnes.
Cada vez está mas claro que es lo que decidieron el presidente ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana, Ángela Merkel, en la reunión que mantuvieron hace pocas semanas, repartirse Ucrania. Rusia no solo mantendrá sus bases estratégicas y la Flota del Mar Negro en Crimea, reincorporará ese territorio a la madre patria, y Alemania se hará cargo del resto, utilizando a la UE y a la OTAN en su propio beneficio.

La Historia vuelve a repetirse y esto se parece mucho a lo que sucedió con Polonia antes de que Hitler se lanzara a la conquista de Europa. Los incautos también vuelven a caer en el mismo error.

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