domingo, 30 de marzo de 2014

¿DE VERDAD MEJORA LA ECONOMÍA ESPAÑOLA?

Hay una constante que repiten todos los Gobiernos, intentar convencernos de que la economía va bien cuando se acercan las elecciones. Todos recordamos como Zapatero negaba que hubiera alguna crisis y del famoso debate entre Pedro Solbes y Manuel Pizarro (21/2/2.008), donde el entonces ministro de Economía socialista, en plena campaña electoral, logró dejar al popular como un alarmista y un agorero, cuando todas las luces rojas del desastre que se avecinaba estaban ya encendidas. Cualquier mentira está justificada si están los votos de por medio, piensan. Ni España iba bien, como el tiempo nos ha demostrado, ni había brotes verdes, ni ahora se ve luz al final del túnel.
Una de las cosas buenas que tienen las magnitudes macroeconómicas es que se miden en cifras y estas no son subjetivas, como las opiniones o las ideas, y son bastante difíciles de manipular o tergiversar. Por eso, en la coyuntura real en que nos encontramos, es muy fácil desmontar los discursos cargados de falso optimismo y las patrañas para engañar a los votantes. Mientras nos cuentan que la economía mejora, crecen los concursos de acreedores, el cierre de comercios y empresas y sigue cayendo en picado la venta de pisos, por ejemplo. Estos días los conspicuos del PP y algunos miembros del Gobierno que preside Mariano Rajoy han intentado vendernos que el objetivo de déficit casi se ha cumplido, pues solo ha quedado ligeramente por encima de lo marcado por Bruselas. Pero, lo que no nos han contado es que los 40.000 millones de euros de ayuda a la banca, mas alguna otra partida adicional, no se han contabilizado. Una argucia del nuevo despotismo que se ha instalado en Europa, y en España, para no alarmar a la gente. Sin embargo, esos créditos hay que pagarlos, por eso nuestra Deuda Pública ha crecido exponencialmente y el año que viene superará el 100% del Producto Interior Bruto. Al mismo tiempo, contradiciendo también las manifestaciones del Gobierno, el PIB se ha reducido el pasado Ejercicio. Es decir, mientras nos dicen que la economía mejora, desciende el PIB. Tendrán que explicarnos este extraño silogismo.
Otro indicador que clarifica el verdadero panorama económico español es que llevamos varios meses con inflación negativa, aunque son muchos los que se resisten a hablar de deflación. Este indicador es un signo inequívoco de la contracción del mercado interno y de la devaluación total del país y es una dificultad añadida para salir del pozo, porque retrae la inversión y paraliza una buena parte de las transacciones. ¿Quién va a comprar un piso o hacer cualquier tipo de adquisición importante si mañana los precios serán mas baratos?
Mientras estas cosas ocurren, el Gobierno carga contra Cáritas por su informe donde dice que los niños españoles son los segundos de Europa que peor lo están pasando y que son muchos los que padecen hambre o no pueden tener una alimentación adecuada. Por supuesto esto es extensible a los adultos, particularmente a los parados y a muchos pensionistas que están manteniendo a sus hijos y sus nietos haciendo verdaderos milagros.
Pero, a pesar de que han laminado la clase media y han bajado el nivel de vida de millones de trabajadores, la fiesta continúa. Por primera vez, Hacienda ha recaudado menos por fraude fiscal, cuando este ha aumentado mucho, y nadie parece plantearse tomar el asunto en serio.

El último bofetón a los ciudadanos va a ser la nacionalización de las autopistas, algo que puede suponer cerca de 4.000 millones de euros, porque, con la crisis, las concesionarias pierden dinero. Cuando privatizaron Repsol, Telefónica, etc, y unas 50 empresas rentables solo en el periodo entre 1.996 y 2.007, nos dijeron que era una imposición de la EU. También era falso, pero necesitaban el dinero para seguir de juerga y sin hacer los deberes.

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