martes, 16 de abril de 2024

EL POLVORÍN DE ORIENTE MEDIO

 


"Si alguien cree que sabe lo que pasa en Oriente Medio es que no conoce Oriente Medio". La ocurrente frase invita a pasar por encima de las causas, como si toda la violencia, todos los muertos, en esa parte del mundo fueran también producto de una "maldición bíblica", que por allí hay mucha afición a ese tipo de relatos. Entablar, es este sentido, un debate cabal para ver quién tiene, o no, razón en ese multiconflicto es complicado. No puedes discutir con alguien que se cree a pies juntillas que las aguas del Mar Rojo se abrieron para que pasaran por allí Moisés y los suyos, que habían estado en Egipto, como esclavos haciendo pirámides, y que a los de Jericó les estuvo bien, porque Dios había dicho a los israelitas que aquella era su "tierra prometida", así que nada, a tocar los cuernos y que se derrumben las murallas para pasar a todos sus habitantes a cuchillo. En fin, yo tengo mi propia idea del asunto ¿Qué no le gusta? Lo siento, yo no escribo para agradar:

Oriente Medio (englobaremos también ahí a Oriente Próximo) está formado por países que tienen mucho de artificiales. Como en otras zonas del mundo, el Imperio Británico trazó fronteras como le vino en gana y eso tiene mucho que ver con los conflictos posteriores. En África hemos visto también como las potencias europeas trazaron fronteras a su conveniencia, repartiendo pueblos y etnias artificialmente, que, a la postre, provocaron cientos de miles de muertos. Si quiere un buen ejemplo, Ruanda, con los hutus y los tutsis. Pues bien, los restos del Imperio Británico y del Imperio Otomano, manejados imprudentemente y/o con aviesas intenciones, es un ingrediente no menor del polvorín. Otro ingrediente, del que hablaremos más adelante, es el tradicional y secular enfrentamiento entre sunitas y chiítas, las dos grandes ramas del Islam. Meter a todos los musulmanes en el mismo saco es como meter a católicos y protestantes en el mismo saco en plena Guerra de Flandes. Por si todo esto, de por sí, no dibujara ya un panorama más que complicado, tras la Segunda Guerra Mundial las potencias vencedoras quisieron quitarse a los judíos de encima y qué mejor que darles un país. La verdad es que esto ya se había estudiado antes, incluso se barajó Madagascar y otras tierras africanas para albergar a los judíos, cambiando, convenientemente, el relato bíblico, claro. Recordemos que entonces Palestina estaba ocupada por los británicos. Tras atentados terroristas sionistas, como el del Hotel Rey David, sede de la Comandancia Militar del Mandato Británico en Palestina, que produjo 92 muertos (22 de julio de 1946) y presiones de EE UU, los británicos salieron por pies y empezaron a llegar colonos judíos a Palestina de todas partes del mundo. Recordemos que en 1905 la población judía en Palestina era solo del 5%. Introducir un objeto extraño en un cuerpo a veces produce metástasis. Un reciente estudio sobre el genoma de los palestinos que, al contrario que los judíos, sí constituyen una etnia, arrojó que están relacionados con aquella tierra desde al menos 3.700 años. Ese estudio, naturalmente, no se puede hacer en Israel, porque los israelíes no constituyen una etnia, ni un pueblo propiamente dicho, se trata de una comunión de intereses unidos por el rasgo común de la religión. Ya puede ser usted esquimal que se pone un nombre hebreo, abraza el judaísmo, y ya puede ir a matar palestinos para robarles su tierra. Y los malos y los terroristas serán los palestinos si intentan defenderse de alguna manera del quinto ejército más poderoso de la Tierra y de los colonos armados que van acompañando a las excavadoras.

Desde el mismo momento de la independencia de los países árabes, y de la creación del Estado de Israel, Oriente medio se convirtió en un tablero más de la confrontación entre las grandes potencias, en el marco de la "Guerra fría". El petróleo, por supuesto, no es ajeno a ello. Las guerras que han acontecido allí o bien han sido por el enfrentamiento con Israel o por el petróleo ¿Verdad que sí vamos entendiendo? Tener a un gendarme en la zona armado hasta los dientes, bombas nucleares incluidas, es importante para las potencias occidentales, y apoyar a los demás es importante para las potencias orientales. Provocar la inestabilidad en la región con la estrategia del caos para usarla en tu beneficio (David Petraeus, general de cuatro estrellas que fue responsable del mando de EE UU para Oriente Medio y luego director de la CIA) es interesante, y si no es suficiente se interviene militarmente, como en las dos guerras de Irak. Pero ¿Qué pasa si el tipo más listo de la clase viene con otra estrategia, aprendida también en su larga experiencia en los servicios secretos y, como avisó a Erdogán de que le iban a dar un golpe de Estado, avisa a Bim Salmán de que lo mismo le iban hacer a él? Pues, pasa que las cinco se chocan ahora con otros, pasa lo impensable, que sunitas y chiítas se dan la mano y se abrazan (Hamás es sunita y Hezbolá chiíta) y pasa que Arabia Saudí, Irán, y otras potencias petroleras y gasísticas de la zona quieren ingresar en los BRICS. Israel, se convierte entonces en un instrumento muy poderoso para la desestabilización y los sionistas se aprovechan de ello en su propio interés. Que tengan cuidado EE UU y sus aliados, que creen que controlan a los nazis y a los sionistas igual que controlaban a Al Qaeda. Tuvieron un 11S y otros atentados y no deberían descartar un ataque ucraniano (de hecho ya ha habido varios) a la mayor central atomoeléctrica de Europa y/o un ataque con armas nucleares tácticas de Israel a Irán. Mientras estas cosas pasan, y desvían la atención, Israel sigue masacrando palestinos en la Franja de Gaza, hombres, mujeres y niños. Ya nadie duda que los sionistas quieren matarlos a todos, con bombas o de hambre, o que se vayan a Europa como refugiados. Ursula von der Layen ya ha ido a Egipto a dar miles de millones a al Sisi para que los mantenga allí, como se hizo en Turquía con los refugiados sirios ¿Verdad que aquello no salió bien del todo? Los ministros de exteriores de la UE se reúnen para poner más sanciones a Irán (ni una sola han puesto a Israel por atacar la legación iraní en Damasco, ni por masacrar a los palestinos de Gaza) y los ciudadanos cada vez se fían menos de los impresentables que los gobiernan y se creen menos las mentiras que les cuentan. Nuestros ojos ven muchos muertos y lo peor se convierte en algo más que una corazonada. 

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