La coalición de socialdemócratas, liberales y verdes que gobierna en Alemania ha legalizado el tráfico, venta y consumo de cannabis, también conocido como marihuana o simplemente "maría", eso sí, con algunas restricciones para impedir, solo sobre el papel, naturalmente, que los más jóvenes se enganchen a los porros. Ante esta Europa que se cae a pedazos, donde los políticos hacen cosas de locos y mienten más que hablan para justificarlas, necesitaban imperiosamente el Soma del que ya nos hablaba Aldoux Huxley en su famosa, genial y premonitoria novela "Un mundo feliz", ya que la TV, con sus programas basura, el fútbol y los móviles parecen no ser suficientes para la alienación de los ciudadanos. Si no fuera porque ya hemos visto como los verdes alemanes y la ministra de Exteriores que tienen en el gobierno germano ("Sra. cremitas", ya llaman, por todo lo que se ha gastado de dinero público en potingues y en peluquerías) se han convertido en los más belicosos de Alemania, nos llamaría mucho la atención que también sean a los que más les gustan que la población tenga acceso a las drogas, pero, seamos serios, aunque la derecha decía hace unos años que los verdes alemanes eran como las sandías, verdes por fuera y rojos por dentro, algunos ya sospechábamos que, en verdad, eran como los melones piel de sapo, verdes por fuera y amarillos por dentro.
La legalización del cannabis en Alemania dará un nuevo impulso para que la pseudoizquierda española haga lo mismo en nuestro país, aunque yo estoy casi seguro que eso ya se contemplaba en los acuerdos entre Sumar, donde ahora está Errejón, y el PSOE. Va a ser muy gracioso ver como la ministra de sanidad, Mónica García, nos cuenta lo necesarias que son las nuevas restricciones al consumo de tabaco al mismo tiempo que nos dice lo que molan los porros.
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