martes, 16 de enero de 2024

SÁNCHEZ, LA GUERRA Y EL CAMBIO DE OPINIÓN

 


Ante las presiones de EE UU, que no solo ha llamado por teléfono a Sánchez, también al almirante español, Teodoro López Calderón (JEMAD), el presidente del Gobierno ha vuelto a "cambiar de opinión", por las mismas causas que "cambió de opinión" en el asunto del Sáhara Occidental. Sánchez no enviará buques españoles, siempre que no vuelva a "cambiar de opinión", a la operación montada por EE UU contra los hutíes de Yemen, solo enviará oficiales de enlace, que es lo que le ha solicitado EE UU. El Imperio no necesita buques españoles, se basta y se sobra con su flota y con sus bases militares en la zona para bombardear Yemen y, en su objetivo último, para atacar Irán, pero le viene bien política y mediáticamente el apoyo, aunque sea enviando un solo militar, de otros países: No es lo mismo decir que EE UU y Reino Unido han bombardeado Yemen que "una coalición de países de la comunidad internacional participa en la operación". Como hemos visto en la la guerra de Ucrania, las mentiras ya empiezan a arreciar. El primer ministro británico ha manifestado que "la operación en el Mar Rojo no tiene nada que ver con la guerra en Gaza". Pero, vamos a ver ¿No han dicho los hutíes que solo atacarían los buques israelíes, consignados a Israel y que llevaran vituallas a Israel (ampliado ahora, tras los bombardeos sobre Yemen, a los navíos estadounidenses y británicos) hasta que los ataques sionistas cesaran en la Franja de Gaza?

Así que, dando cobertura militar o política, España va a participar en otra guerra, una guerra que, cuando escribo estas líneas, amenaza con extenderse muy peligrosamente. Irán, como prometió, ha respondido al ataque terrorista que provocó 84 muertos con una ronda de misiles sobre objetivos del ISIS y del Mosad en Siria e Irak. El escritor Juan Manuel de Prada, siempre valiente y genial, lo dejó diáfano el otro día en la SER: "El Estado Islámico es la CIA con chilaba" ¿Pasará el asunto de la participación española por el Congreso de los Diputados para su aprobación? Seguramente no, porque Sumar no podría votar a favor y no se quiere enfadar con el PSOE, que le da ahora ministerios y le da de comer, y al PP y a Vox, los mismos que dicen que no van a dar ni agua a Sánchez y los que insultan al presidente todos los días, tendrían que votar a favor, porque, en la pugna con los socialistas por obedecer a Washington, quieren ganan. Así que nadie va a recriminar a Sánchez que el asunto no pase por el Parlamento.

Apuntarse a las guerras a veces no tiene graves consecuencias y a veces sí. Con la perspectiva que da el tiempo ahora se antoja muy grosera aquella campaña del PSOE del "No a la guerra". Es cierto que la foto de las Azores y la participación en la Guerra de Irak trajo la dramática consecuencia de los atentados de Madrid (como sucedió también en Nueva York y en Londres) pero, yo estoy completamente seguro que si entonces Zapatero hubiera sido el presidente, en vez de estar en la oposición, habría hecho los mismo, o parecido. Debemos recordar que, gobernando Felipe González, España también se apuntó a una guerra ilegal (sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU), no con una foto y poco más, sino enviando un escuadrón de cazas F-18A y dos "Hércules" de reabastecimiento en vuelo a la base de Aviano (Italia) para bombardear Yugoslavia y también que, ya gobernando Zapatero, España se apuntó a la Guerra de Libia "para llevar allí la democracia"; ya hemos visto todos la democracia que llevaron a Libia.

El ingreso de España en la OTAN ¿Recuerda usted el encantados eslogan de "OTAN, de entrada no"? el incumplimiento de las tres condiciones del referéndum y la supeditación a los intereses estratégicos de EE UU no ha supuesto ninguna ventaja defensiva para España, pues esa organización ni siquiera cubre la soberanía de Ceuta y Melilla y EE UU siempre nos ha hecho la puñeta, desde 1975, apoyando a Marruecos, pero sí nos ha costado muchas vidas, en Madrid o en Afganistán, por ejemplo.

Responsables de lo que ha pasado y de lo que puede pasar no solo son los conspicuos de los partidos políticos españoles, que nadie escurra el bulto y no asuma su responsabilidad, también lo son sus militantes y sus votantes. Así que, unos pocos tenemos autoridad moral para hablar de estos asuntos y millones no. 

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