martes, 12 de septiembre de 2023

El TERREMOTO EN MARRUECOS

 


Cuando escribo estas líneas hace ya más de 72 horas que aconteció el terremoto en Marruecos y nadie ha visto a su rey, aunque dicen que se ha trasladado al país desde París, donde "se encontraba de vacaciones". Todo lo que pasa en Marruecos es alucinante, pero aún lo es más como los medios de comunicación y nuestro gobierno nos lo cuentan, blanqueando un régimen despótico al que Sánchez rinde pleitesía y nuestro rey hermandad. Radio macuto nos cuenta que, en verdad, el rey de Marruecos vive en Paris, donde ha sido grabado en vídeo claramente "perjudicado" en sus noches de excesos. Esos excesos seguramente le han provocado una muy grave enfermedad, cuyas secuelas, evidentes, son la verdadera razón de su no aparición en público en las últimas fechas. Mohamaad VI vive en la opulencia en París, pero, a pesar de la magnitud del desastre, solo ha autorizado a cuatro países a prestar ayuda internacional a su pueblo, entre ellos a España. Solo son bienvenidos en Marruecos los que se pliegan a los intereses bastardos e ilegales de su régimen, sea en el asunto de la migración ilegal, sea el el asunto del tráficos de drogas a través del Estrecho de Gibraltar, sea en el asunto de la soberanía del Sáhara Occidental. Huele a muerto en Marruecos/ huele a muerto bajo los escombros de las casas de adobe/ Huele a muerto, hombres mujeres y niños desprenden hedor/ Huele a muerto el régimen corrupto/ ¿Y su rey?/ También huele a muerto.

Aunque Marruecos tiene desplegados 100.000 soldados en el Sáhara Occidental, España ha enviado apresuradamente un par de aviones A-400M y varios equipos de la UME. En muchas ciudades y aldeas los muertos siguen bajo los escombros sin que nadie los saque y desprendiendo su hedor. Dicen que Mohamaad VI tiene una fortuna impresionante, comentan que Marruecos se ha gastado en los últimos años cifras milmillonarias en armamento, mientras millones de sus ciudadanos están en la emigración o sobreviven en la miseria en su país.

Al mismo tiempo que un terremoto se cebaba con Marruecos, la tormenta Daniel ha arrasado Libia. Dos presas han colapsado dejando libres millones de metros cúbicos de agua y la ciudad de Derma está bajo las aguas. Solo en esa ciudad ya se han contabilizado más de dos mil muertos, pero se dice que los muertos en el país son muchísimos más y que hay 100.000 desaparecidos. De Libia se habla menos, no interesa, aunque uno de sus gobiernos ha hecho una llamada internacional de socorro, algunos no quieren remordimientos de conciencia. Libia pide socorro a los mismos que la bombardearon, a los mismos que arrasaron el que era el país con mayor renta per cápita de África, a los que fueron a la guerra contra ella "para llevar allí la democracia", Libia pide ayuda a la OTAN ¡Qué sarcasmo!

Siguen llegando inmigrantes a través del Mediterráneo y del Atlántico a Europa, en Italia la llegada de inmigrantes se ha multiplicado por cuatro desde que gobierna Meloni, en España es un no parar. Solo a Canarias han llegado miles de inmigrantes en las últimas horas, otras pateras y cayucos han desaparecido y los tiburones vuelven a ser cebados con carne humana, como cuando los negros eran arrojados muertos o moribundos desde los barcos de esclavos. Un gran éxito para las mafias del tráfico de personas, para las ONGs que colaboran con ellas y para los gobiernos que lo permiten y financian. Obviamente, el problema de la inmigración desde África se incrementará, es de Perogrullo y España se convertirá en un estado fallido, como ya lo es Francia, por mucho que ahora Macron quiera, al menos eso dice, rectificar. Pero, ya es tarde, es demasiado tarde.

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