sábado, 11 de marzo de 2023

LA ÚLTIMA FECHORÍA DE LA PSEUDOIZQUIERDA

 


Sánchez necesita urgentemente el cuarto tramo, el último, de los Fondos Europeos comprometidos con España, otros 10.000 millones de euros. Los tres tramos anteriores ya se fundieron en ocurrencias y en repartir dinero generosamente buscando un gran nicho clientelar de cara a las próximas y no tan próximas elecciones, pero, como no se ha tomado ninguna medida contra la inflación, más bien todo lo contrario, habrá que ir preparando más cheques para “los más desfavorecidos”, sea para poder echar algo al carrito de la compra (ya hace tiempo que muchos españoles no lo pueden llenar) sea para ayudar de alguna manera a los que tienen hipotecas a interés variable, pues quizá el timo de la estampita de alargar más años la amortización no sea suficiente. Pero, los burócratas de Bruselas, esos que funden nuestros impuestos en sobrecostes de las vacunas, en financiar estados fallidos o en munición para la guerra contra Rusia, exigían, antes de soltar la pasta gansa del cuarto tramo, que el gobierno de España presentara una reforma de las pensiones que les complaciera, no fuera que el apretado traje rasgara por alguna costura. Así que estos que la derecha llama “socialcomunistas”, que son de izquierda como yo marciano, se han puesto de acuerdo con los sindicatos, que tienen a su sueldo, para volver a hacer la puñeta a los trabajadores. Digo bien, volver a hacer la puñeta, porque no solo Rajoy fastidió a los currantes con su reforma laboral, recordemos todas las felonías que los escarlata O´Hara, que no rojos, del PSOE llevan haciendo a los trabajadores, desde Boyer y Solchaga ¿O ya no nos acordamos de los contratos basura y que este era el país donde uno se podía hacer rico más fácilmente y en menos tiempo? Mientras estos días arde Francia, porque Macron ha subido la edad de jubilación a los galos de los 62 a los 64 años, Zapatero hace años que congeló las pensiones, bajó un 5% el salario a los funcionarios y elevó la edad de jubilación en España de los 65 a los 67 años, y no pasó nada. Los sindicatos de clase, que ya se habían convertido en otra clase de sindicatos, no se movieron. Por supuesto, tampoco se moverán ahora, el que paga, manda. Se pasó de los 8 años del cómputo para la pensión a 15, luego a 20, después a 25 y ahora a 29. Todo un éxito de UP, dicen, pues el malvado ministro Escrivá empezó a negociar amenazando con 35 años. En fin, es la estrategia del policía malo y del policía bueno, para que confiese el detenido. A partir del año 2044 todos los trabajadores que ahora tienen 46 años, o menos, no solo se tendrán que jubilar a los 67 años (suponiendo que no eleven aún más la edad para el retiro) también se tendrán que acoger al cómputo de los últimos 29 años cotizados para la prestación, lo que, previsiblemente, supondrá, en la mayoría de los casos, una pensión más baja. Si no cuadran las cuentas el Gobierno ya ha prometido a Bruselas que cada tres años se ajustarán las pensiones "automáticamente". Maravilloso. Otro “éxito” de los de UP ha sido pactar con el ministro y con los sindicatos eliminar el tope a las cotizaciones, para que los trabajadores cualificados y muy cualificados, los que más se han esforzado y, por tanto, los que más ganan, coticen más, paguen más, pues hasta el 47% de IRPF que llegan a pagar de su nómina todos los meses no les parece pago suficiente. Por supuesto, los empresarios no se van a ir de rositas, y también subirán las cotizaciones de las empresas, por si no estuvieran ya muchas al límite mismo de la existencia. Mientras estas cosas pasan, la pseudoizquierda gasta miles de millones en chorradas. De todas ellas lo que más ha indignado a la gente son los anuncios televisivos del ministerio de Igualdad, donde aconsejan la masturbación en vez de la penetración, hacer el amor cuando la mujeres tienen la regla, para no ser machista, y donde el nuevo estereotipo de belleza femenino son las obesas. La guinda del pastel ha sido el vídeo, que se ha hecho viral en las redes sociales, donde la secretaria de Estado del ministerio de las perturbadas, Ángela Rodríguez Pam (avalancha de hombres acude estos días a los registros a cambiar solo su identidad de género) posa sonriente ante unas menores que gritan, riendo, que la madre de Abascal tenía que haber abortado ¿Qué autoridad moral va a tener esta gente para criticar los excesos de la ultraderecha y para decirnos cómo hay que educar a nuestro hijos? Los españoles no nos merecemos esto, y los trabajadores españoles pagaremos más que nadie la última fechoría de la pseudoizquierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario