Sánchez necesita urgentemente el
cuarto tramo, el último, de los Fondos Europeos comprometidos con España, otros
10.000 millones de euros. Los tres tramos anteriores ya se fundieron en ocurrencias y en repartir dinero generosamente buscando un gran nicho clientelar
de cara a las próximas y no tan próximas elecciones, pero, como no se ha tomado
ninguna medida contra la inflación, más bien todo lo contrario, habrá que ir
preparando más cheques para “los más desfavorecidos”, sea para poder echar algo al
carrito de la compra (ya hace tiempo que muchos españoles no lo pueden llenar) sea
para ayudar de alguna manera a los que tienen hipotecas a interés variable,
pues quizá el timo de la estampita de alargar más años la amortización no sea
suficiente. Pero, los burócratas de Bruselas, esos que funden nuestros impuestos
en sobrecostes de las vacunas, en financiar estados fallidos o en munición para
la guerra contra Rusia, exigían, antes de soltar la pasta gansa del cuarto
tramo, que el gobierno de España presentara una reforma de las pensiones que
les complaciera, no fuera que el apretado traje rasgara por alguna costura.
Así que estos que la derecha llama “socialcomunistas”, que son de izquierda como yo marciano, se han puesto de acuerdo con los sindicatos, que tienen
a su sueldo, para volver a hacer la puñeta a los trabajadores. Digo bien, volver a hacer
la puñeta, porque no solo Rajoy fastidió a los currantes con su reforma
laboral, recordemos todas las felonías que los escarlata O´Hara, que no rojos, del PSOE llevan haciendo
a los trabajadores, desde Boyer y Solchaga ¿O ya no nos acordamos de los
contratos basura y que este era el país donde uno se podía hacer rico más
fácilmente y en menos tiempo? Mientras estos días arde Francia, porque Macron ha subido la edad de
jubilación a los galos de los 62 a los 64 años, Zapatero hace años que congeló las pensiones,
bajó un 5% el salario a los funcionarios y elevó la edad de jubilación en
España de los 65 a los 67 años, y no pasó nada. Los sindicatos de clase, que ya se habían convertido en otra clase de sindicatos, no
se movieron. Por supuesto, tampoco se moverán ahora, el que paga, manda. Se
pasó de los 8 años del cómputo para la pensión a 15, luego a 20, después a 25 y
ahora a 29. Todo un éxito de UP, dicen, pues el malvado ministro Escrivá
empezó a negociar amenazando con 35 años. En fin, es la estrategia del policía malo
y del policía bueno, para que confiese el detenido. A partir del año 2044
todos los trabajadores que ahora tienen 46 años, o menos, no solo se tendrán que
jubilar a los 67 años (suponiendo que no eleven aún más la edad para el retiro)
también se tendrán que acoger al cómputo de los últimos 29 años cotizados para
la prestación, lo que, previsiblemente, supondrá, en la mayoría de los casos,
una pensión más baja. Si no cuadran las cuentas el Gobierno ya ha prometido a Bruselas que cada tres años se ajustarán las pensiones "automáticamente". Maravilloso. Otro “éxito” de los de UP ha sido pactar con
el ministro y con los sindicatos eliminar el tope a las cotizaciones, para que
los trabajadores cualificados y muy cualificados, los que más se han esforzado
y, por tanto, los que más ganan, coticen más, paguen más, pues hasta el 47% de
IRPF que llegan a pagar de su nómina todos los meses no les parece pago suficiente.
Por supuesto, los empresarios no se van a ir de rositas, y también subirán las
cotizaciones de las empresas, por si no estuvieran ya muchas al límite mismo de
la existencia. Mientras estas cosas pasan, la pseudoizquierda gasta miles de
millones en chorradas. De todas ellas lo que más ha indignado a la gente son
los anuncios televisivos del ministerio de Igualdad, donde aconsejan la masturbación
en vez de la penetración, hacer el amor cuando la mujeres tienen la regla, para
no ser machista, y donde el nuevo estereotipo de belleza femenino son las
obesas. La guinda del pastel ha sido el vídeo, que se ha hecho viral en las
redes sociales, donde la secretaria de Estado del ministerio de las
perturbadas, Ángela Rodríguez Pam (avalancha de hombres acude estos días a los registros a
cambiar solo su identidad de género) posa sonriente ante unas menores que
gritan, riendo, que la madre de Abascal tenía que haber abortado ¿Qué autoridad moral va
a tener esta gente para criticar los excesos de la ultraderecha y para decirnos cómo hay que educar a nuestro hijos? Los españoles
no nos merecemos esto, y los trabajadores españoles pagaremos más que nadie la
última fechoría de la pseudoizquierda.
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