A ENCENDER EL VENTILADOR DE LA MIERDA

 

El “caso Mediador” le ha estallado al PSOE en el peor momento, en plena campaña electoral, en la que, de facto, ya estamos inmersos. Es otro caso más de corrupción de los muchos que hemos conocido estos años protagonizados por los dos partidos mayoritarios; este no solo puede salpicar a unos cuantos diputados, no se sabe todavía hasta dónde puede llegar. Conocidos algunos detalles y la jerga que empleaban los conspicuos implicados en este turbio asunto resulta muy grosero, pero lo de ir a locales de lujo con putas y a cenas con sobremesas “animadas” en plena pandemia, cuando la gente estaba confinada en sus casas, ya es demasiado, y eso sin entrar en con qué dinero se pagaban. Para que no falte ningún ingrediente tenemos hasta a un general retirado de la Guardia Civil, al que llamaban “papá”, que, al parecer, era el que llevaba la contabilidad de las fechorías y de la caja B y que tenía miles de euros en una caja de zapatos y otros tantos envueltos entre la ropa en un armario, en total más de 60.000. A mí esto, por cutre, me recuerda al millón de euros que encontraron en el altillo de los suegros de Granados (PP) y que dijeron que se lo habrían dejado olvidado los instaladores de Ikea. Uno, que quiere usted que le diga, ya está muy harto de que le tomen el pelo.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, que estos días estaba en un sin vivir viendo como sus ocurrencias, y las de las encantadoras compañeras de correrías que forman su equipo, habían logrado el hito, merced a la ley del “solo sí, es sí”, de dejar a decenas de violadores en la calle y ya a casi 800 maltratadores con rebajas de condenas, ha respirado al dejar de ser el foco de atención y de la ira de los españoles durante un tiempo. Ahora la gente está más centrada en descubrir las correrías de “tito Berni” y compañía, no sé si porque da más morbo, más risa, más ira o una mezcla de todo ello, que son los ingredientes que, bien salpimentados, requiere todo buen show ¡Esto no puede ser! se han dicho en Ferraz y en La Moncloa. Así que los socialistas han puesto a funcionar el ventilador de la mierda, o el y tú más, que viene a ser lo mismo. En este país todos sabemos que el PP es el campeón de la corrupción, pero el PSOE es el indiscutible subcampeón y cada vez está más cerca de ganar la copa. Por eso desde el PSOE están haciendo ingentes esfuerzos por convencernos de que la diferencia con el PP es que los socialistas cuando descubren corruptos entre ellos los fulminan, no como hacen “otros”. El relato sería bueno si no hubiéramos visto cómo se ha protegido (y se sigue protegiendo) a Griñán, si no hubiéramos asistido a toda la cobertura que se le ha dado a José Ángel Fernández Villa, que, por cierto, tampoco ha entrado en prisión, las colectas que se hicieron para Riopedre, todo lo que ha pasado en Valencia y Baleares y, en fin, si no estuviéramos esperando todavía que la Fiscalía intervenga de oficio para que se ponga a “tito Berni” en prisión preventiva, como ya está el general retirado de la Benemérita. Al fin y al cabo, como se preguntó con sorna Pedro Sánchez ¿de quién depende la Fiscalía? ¿No será que en vez de fulminar a “Berni” lo están protegiendo para que no cante e implique a más gente en las orgías y en las mordidas?

Que tengan cuidado en el PSOE, que las encuestan no dan datos favorables y si no andan listos se pueden pegar una hostia que la de Rita Barberá puede dar hasta risa. El problema de poner a funcionar el ventilador de la mierda es que, además de no ser un argumento que convenza, salpica.