domingo, 22 de marzo de 2020

LOS FACINEROSOS Y EL CORONAVIRUS


Estamos observando algunos fenómenos singulares asociados a las medidas tomadas por el Gobierno de España para vencer la pandemia del coronavirus. Uno de ellos es que mucha gente, ahora recluida en sus casas y muy enfadada porque no puede hacer las cosas que habitualmente hacía, busca un culpable, alguien a quien echar la culpa de todo esto, la responsabilidad de lo que está pasando, y para una buena parte de ellos, los que no votaron a los partidos que forman este Gobierno, el culpable de todo es Pedro Sánchez y, naturalmente, la culpabilidad la extienden a todo el Gobierno. Si ya eran culpables desde el minuto uno, desde que echaron al PP del Ejecutivo por la corrupción, cómo no iban a serlo ahora que los han encerrado en casa. Para argumentar esa culpabilidad esgrimen la imprudencia de las manifestaciones feministas del 8M, a las que también acudió el PP y Ciudadanos (se puede ser más hipócritas) y soslayan que los de Vox se reunieron, 9.000 de ellos, en Vistalegre, entre besos y abrazos, contagiándose toda su dirección. El Gobierno y los partidos que lo forman fueron unos imprudentes no suspendiendo esa manifestación, vale, pero ni el Gobierno ni los partidos que lo forman obligaron a nadie a ir ni a la manifestación ni a otros eventos ¿por qué fueron los que, al parecer, sabían que no era prudente? ¿desde cuándo siguen a pies juntillas lo que dicen los “socialcomunistas”? Pues bien, exactamente los mismos que mentan estas cosas y que repiten como loros en las redes sociales que Pedro Sánchez, al que califican con epítetos a cual más grosero, es el culpable de todo por ir detrás de los acontecimientos y por no hacer lo que ellos hubieran hecho, no dicen absolutamente nada de, por ejemplo, que el Gobierno Francés llevó el domingo 15 de marzo a la población a unas elecciones municipales o que los gobiernos de Alemania y Reino Unido, cuando escribo estas líneas, aún no han confinado a la población en casa. Casualmente, gobiernos de derechas. También los de Vox, los insultadores mayores del Reino, callan que donde más infectados y más muertos hay del mundo es en Lombardía, precisamente donde gobiernan sus amigos, los neofascistas de la Liga Norte, que permitieron a la población de La Padania extender el virus por toda Italia. En fin, esta crisis nos va a enseñar muchas cosas, entre ellas que no son más patriotas y, por supuesto, más solidarios, los que llevan la bandera de España hasta en los calzoncillos. Pero, si la derecha y la ultraderecha están enfadadas, no le digo nada lo enfadados que están los facinerosos y otros grupos poblacionales, como los independentistas, que desde que escuchan la palabra unión a todas horas y ven al Ejército en la calle les ha subido la bilis a la garganta. En su comparecencia del sábado día 21 de marzo, el presidente del Gobierno dio un dato llamativo: “Los delitos han disminuido un 50%”. Yo creo que, en verdad, han descendido mucho más.  Los delincuentes habituales tienen muy difícil ahora delinquir, con las calles desiertas y con Policía, Guardia civil y el Ejército por todas partes ¿Qué carteras van a robar ahora en el Metro de Madrid las carteristas bosnias, que ya habían sido detenidas en más de cuatrocientas ocasiones? ¿cómo van a transportar ahora la droga los clanes, si no se puede circular? ¿cómo van a vender la heroína y la cocaína en las Cañadas Reales y en las Tres mil Viviendas si los drogodependientes no pueden salir a la calle y van a tener que pasar el “mono” en casa? ¿cómo las mafias de la prostitución van a explotar ahora a miles de mujeres si los puteros están encerradas en casa, desesperados, dándole a la “alemanita”? Los facinerosos están en un sin vivir, y ni me imagino las cosas que dirán de Pedro Sánchez. Pero, hay otros delincuentes, de guante más blanco, los que tenían empleadas del hogar extranjeras indocumentadas trabajando en su casa, los negreros que empleaban esa mano de obra sin darla de alta en la Seguridad Social y sin que se pagaran impuestos por esos ingresos, para que el resto de los españoles sufragaran, gentilmente, la cara sanidad, por ejemplo. Los miles de autónomos que trabajaban en negro, todos los que, en fin, vivían en la economía sumergida y que ahora no van a tener ingresos porque no pueden justificar los anteriores. Mucha de esa gente nos chuleaba de forma descarada y otros desgraciados no tenían alternativa. Toda esa gente lo va a pasar peor que nosotros y, mire usted, de la existencia de esa sociedad paralela sí le echo la culpa al Gobierno, a este y a los anteriores, pero, sin insultar.

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