miércoles, 9 de octubre de 2019

LAS VIUDAS NEGRAS DEL ISIS


Acabada la guerra en Siria contra los asesinos del Estado Islámico y de otros grupos afines, como el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaeda y al que los saudíes cambiaron el nombre para hacerlo parecer como más presentable, Occidente, el mismo Occidente que, tácita o explícitamente, apoyó a estos terroristas contra el Gobierno de Damasco, en concreto Europa, se encuentra ahora con un problema gordo, los retornados. La mayoría de los fanáticos yihadistas fueron muertos por las fuerzas del Ejército Árabe Sirio, por los kurdos y por la aviación rusa, pero miles de ellos han podido huir de las últimas bolsas en que fueron cercados, en algunas ocasiones después de llegar a un acuerdo para su rendición con las fuerzas gubernamentales a cambio de respetarles la vida. Como todo el mundo sabe, la gran mayoría de esos mercenarios no son sirios, sino europeos de origen magrebí y otros de las regiones rusas del Caúcaso y de algunos países de Asia Central que en su día fueran repúblicas soviéticas. A estos últimos el presidente ruso, Vladímir Putin, les tiene un especial “cariño”, porque tuvieron mucho que ver en la desintegración de la URSS (ver la novela escrita por el exagente de la CIA, Larry Colins, “Laberinto"), con la derrota soviética en Afganistán y con los atentados en Rusia. “Perdonar a los terroristas es cosa de Dios, llevarlos ante él es cosa mía”, es una frase que ha empleado en varias ocasiones el presidente ruso. Así que ninguno de esos, ni sus mujeres, saldrán de Siria. Pero, otra cosa son los procedentes de Europa Occidental, esos ya están volviendo desde hace tiempo, algunos ya han cometido atentados aquí, y todos ellos, y sus mujeres, son bombas de relojería. Estos días hay un debate sobre la repatriación de cuatro mujeres de los campos de internamiento para terroristas en Siria y de 17 niños, entre hijos y otros menores a su cargo. Tres de esas mujeres son de nacionalidad española y otra de nacionalidad marroquí, pero los 17 niños son todos de nacionalidad española. Estamos hablando de las que ya se las conoce como “las viudas negras”. Ya hay gente intentado exonerar a estas mujeres de los horrendos crímenes cometidos por sus esposos, cuando no por ellas mismas. “Les comieron el coco”, dicen ya por ahí. Esa coartada serviría para todos los asesinos que en el mundo han existido, incluidos los criminales nazis. La verdad es que las “viudas negras del ISIS” colaboraron, cuando no participaron directamente, en las atrocidades que se han visto en Siria y en Irak, muchas cometidas contra otras mujeres, como las yazidíes. Tanto ellas como sus hijos de más edad recibieron “instrucción militar”. Su destino no puede ser otro que la cárcel, donde deberán purgar lo que han hecho, y el de sus hijos librarlos de ellas por unos cuantos años. La Audiencia Nacional ya ha ordenado su detención. Veremos.

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