miércoles, 12 de octubre de 2016

UNOS PRESUPUESTOS PARA ASTURIAS

Por encima de declaraciones de intenciones y palabrería barata que se la lleva el viento, nada demuestra mas a las claras la verdadera ideología de una formación política que los Presupuestos del Gobierno que esta dirija, bien sea local, autonómico o estatal, y cuáles son sus prioridades en las partidas de ingresos y gastos.
En Asturias gobierna, es un decir, el PSOE, que solo cuenta con catorce diputados en la Junta General del Principado de un total de cuarenta y cinco. A la debilidad parlamentaria del Gobierno asturiano, que sostiene con alfileres Izquierda Unida y sus cinco diputados, hay que añadir ahora que su presidente, Javier Fernández, lleva semanas ausente, dedicándose a baronear y a conspirar en su partido desde la presidencia de la gestora que crearon después del golpe contra Pedro Sánchez. Esperemos que le sean descontados de sus honorarios como presidente de Asturias esos días de asueto. Esta situación de mofa a los asturianos se añade a una legislatura política donde Javier Fernández y los suyos han sido incapaces de sacar adelante unos Presupuestos y han tenido que prorrogar los del año pasado con unos pequeños ajustes a la baja. A pesar de los esfuerzos del portavoz de Izquierda Unida en la Junta General, Gaspar Llamazares, para que se inicien conversaciones que permitan sacar adelante unos Presupuestos de consenso entre PSOE, Podemos e IU, lo que podría ser la base para un Gobierno de unidad de la izquierda en Asturias, los acontecimientos van por otro camino; los que mandan en la FSA-PSOE están mas interesados en pactar con el PP en Asturias y en España. Cae de cajón que no tienes ningún interés en solicitar el apoyo de alguien al que llamas Caifás, como ha hecho Javier Fernández con Podemos. Pero, como decía al principio, por encima de subjetividades y demagogias, los números dicen siempre la verdad.
Las políticas presupuestarias y el análisis pormenorizado de las partidas de ingresos y gastos nos enseñan bien a las claras la progresía, o no, de quienes nos gobiernan. No le voy a aburrir desgranando cada partida porque es bastante tedioso, pero pienso que es imprescindible que tengamos claros algunos conceptos de los Presupuestos de Asturias.
El grueso de los ingresos en las cuentas asturianas se lo llevan dos impuestos, el de la Renta, con 901.008.736 de euros y el de la parte proporcional que ingresa el Principado por IVA, 758.120.275 millones de euros. Y los gastos mas cuantiosos son en Sanidad, 1.492.482.197 millones de euros y Educación y Cultura, 755.242.700 millones de euros. También hay que resaltar que la amortización de la Deuda se lleva nada menos que 473.980.000 millones, una cifra astronómica por la irresponsabilidad que nuestros políticos han demostrado a lo largo de anteriores legislaturas. Partidas dedicadas a lo que se ha dado en llamar “chiringuitos”, como la RTVA, aunque no son una minucia (en este caso concreto alrededor de 25 millones de euros) son una gota de agua en la inmensidad del océano. Como detalles no baladíes, mentar que el dinero dedicado a inversiones reales es de solo 85.000 euros y de que hay un impuesto autonómico que graba la electricidad, una de las mas caras de Europa, que recauda 61.832.480 euros. Si tenemos en cuenta que la mayor parte del dinero que se ingresa por Renta, en concreto 886.250.336 millones, corresponde a IRPF, es decir, principalmente a los descuentos por este concepto en las nóminas de los trabajadores, y que el impuesto sobre el patrimonio solo recauda 22.000.000 de euros, tendremos muy claro quienes financian los servicios que disfrutamos todos.
El debate sobre el impuesto de sucesiones, tan querido por el PP, que quiere suprimirlo, no entra a analizar la justicia social de la recaudación fiscal y sus repercusiones en gastos como los sanitarios. Frente a las políticas derechistas no conviene equivocarse pretendiendo aumentar la recaudación con ocurrencias como poner impuestos a los bancos, que no pagaría la señora Botín sino los jubilados que tienen una pequeña cuenta bancaria, o impuestos verdes, que también acabarían pagando los ciudadanos, no las empresas que contaminan (hay medidas mas eficaces para obligar a cumplir las normativas medioambientales). Podemos también ha sido demasiado optimista y bienintencionado subiendo el mínimo exento del impuesto sobre patrimonio, sucesiones y donaciones a 400.000 euros, una cifra demasiado alta que no favorecería a los asturianos de rentas medias y bajas, sino a los de rentas altas. El mínimo exento debería ser como máximo de 300.000 euros del valor real, no del valor catastral.
Es muy importante amortizar todo lo que se pueda de Deuda y no incrementarla mas, pues no podemos pasar esa hipoteca a nuestros hijos y nuestros nietos. Si bien no se puede ajustar ya mucho el gasto si que se pueden incrementar significativamente los ingresos, haciendo que de verdad paguen mas los que mas tienen y con una lucha sin cuartel contra el fraude fiscal, en particular contra los que comercian con bienes y servicios sin pagar el IVA.


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