Ante la posibilidad de que la
coalición de izquierda SYRIZA, que dirige Alexis Tsipras, pueda ganar las
elecciones del 25 de enero en Grecia y lo que esto puede representar, ya son
varias organizaciones internacionales y varios Gobiernos extranjeros los que
han entrado groseramente en la campaña electoral para amenazar a los griegos y
decirles lo mal que lo pueden pasar si se dejan llevar de las vísceras, aunque
puede que sea de la razón. En efecto, desde el BCE y desde el FMI ya han
empezado a actual con la retirada de financiación y ayudas hasta que no se
aclare el panorama político. Pero, también el presidente socialista francés y
la canciller derechista alemana se han unido a la santa alianza para meter
miedo a los helenos. La revista alemana “Der Spiegel”, en su edición del 5 de
enero, se despacha a gusto sugiriendo la salida de Grecia del euro. Debemos
recordar, sin embargo, que fueron las mismas fuerzas políticas griegas que
todavía gobiernan en coalición, apoyadas por Merkel, y las propias instituciones
europeas bajo la batuta de Alemania las que hicieron ingresar a Grecia en la
zona euro, unas falsificando las cifras del déficit y otras haciendo la vista
gorda.
Pero, los griegos, tras casi
cinco años de recortes salvajes donde la mayoría de la población ha perdido
hasta el 40% de sus ingresos y donde se ha producido una fuga de capitales
gigantesca, han perdido el miedo al cambio radical, es mas, es precisamente lo
que desean.
No es la primera vez que Ángela
Merkel interviene en los asuntos internos de otros países, no solo en cosas que
atañen a la construcción europea o a la necesaria cohesión de la Unión, sino también
para imponer sus directrices ideológicas o para subvertir la soberanía de otras
naciones. Me estoy refiriendo, naturalmente, a sus presiones, en mayo de 2.010,
sobre el entonces presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero
o, mucho peor aún, su apoyo a los golpistas de la Plaza del Maidán en Ucrania,
desencadenando una guerra y un grave enfrentamiento con Rusia que ha pasado
factura a las sinesgias que se habían generado a nivel comercial entra la UE y
el gigante del Norte. Ya es vox pópuli que las grandes corporaciones, los
grandes bancos y las instituciones financieras internacionales, como el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, o el Banco Central Europeo, se han
erigido en una nueva dictadura donde la decisiones soberanas de los ciudadanos,
de los pueblos, están gravemente mediatizadas y teledirigidas, nunca mejor
dicho, cuando no, como está ocurriendo en Grecia, amenazadas.
Sería un error gravísimo poner a
los griegos entre la espada y la pared, esa misma equivocación la cometieron
los norteamericanos con Fidel Castro, obligando a los revolucionarios a ponerse
a la sombra de la URSS. El momento geopolítico y estratégico actual es muy
complicado en Europa por la actuación de algunos irresponsables que han
intentado, y lo siguen haciendo, amenazar a Rusia, desplegando componentes del
sistema antimisiles, integrando en la OTAN a los países fronterizos del que
sigue siendo visto como un enemigo, aunque ya no es comunista, o haciendo caer
los precios del petróleo y otras materias primas para obligar a Vladimir Putin
a doblar la rodilla.
En este mundo, que ya no es
unipolar, y donde en Eurasia hay mas poderosas alianzas continentales que la
UE, es temerario amenazar al oso ruso o acorralar a los helenos, los que lo
hacen parece que no conocen la determinación de los eslavos y los griegos.
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