jueves, 1 de enero de 2015

2.015, AÑO ELECTORAL EN ESPAÑA

Empieza un año que promete traer cambios políticos profundos en España. El sistema bipartidista imperante durante mas de 30 años parece agotado merced a sus propios errores: corrupción generalizada, irresponsabilidad en las tareas de gobierno, pérdida del prestigio internacional, castigo sin piedad a los trabajadores y a la clase media, etc. Además, tanto el PP como el PSOE se han distanciado tanto de los ciudadanos que han perdido la perspectiva de la realidad.
La inmensa mayoría de los españoles hemos sufrido los recortes, la pérdida de derechos sociales y laborales, la bajada de salarios y la degradación de los servicios públicos esenciales a que nos ha sometido primero el Gobierno socialista de Zapatero y después el Gobierno derechista de Rajoy, pero, no son esas las razones fundamentales de la indignación popular, sino las continuas mentiras y tomaduras de pelo, que se soportaban cuando “España iba bien”, pero que no se toleran cuando te están exprimiendo todos los días como a un limón.
No van a ser los comicios de este año las primeras oportunidades de los españoles para pegar un puñetazo encima de la mesa o, mejor dicho, de la urna. El 20 de noviembre de 2.011 el PP ganó por mayoría absoluta las elecciones generales porque muchos ciudadanos, no todos de derechas, querían echar a gorrazos a José Luis Rodríguez Zapatero, el peor presidente que hemos tenido desde la Transición. Pero, los grandes partidos políticos españoles no han entendido todavía que muchos de los votos que han recibido en el pasado no son incondicionales, es más, son prestados, y que el electorado utiliza como ariete, si lo necesita,  lo que tiene posibilidades de éxito. En este sentido hay que entender la meteórica irrupción de PODEMOS. No es que la mayor parte de la población se haya hecho de izquierda, es que todos han visto en la formación política que dirige Pablo Iglesias un buen instrumento para subvertir el poder establecido, el que nos ha traído hasta la desastrosa situación en que nos encontramos. La sangría de intención de voto que PODEMOS está haciendo al PSOE al PP y a los partidos nacionalistas, de izquierda y de derecha, es la prueba del 9 de lo que lo decimos. Este fenómeno no es nuevo para los asturianos, porque algo parecido sucedió con Foro Asturias, el partido de Francisco Álvarez-Cascos, cuando, recibiendo votos multicolores, contra todo pronóstico ganó las elecciones regionales.
Las pasadas Elecciones Europeas han sido el preámbulo de lo que, inevitablemente, se avecina. PODEMOS, apenas sin infraestructura, obtuvo nada menos que 5 diputados. Aquellos resultados hicieron cundir el pánico en el bipartidismo porque, además, tanto el PP como el PSOE perdieron 2,5 millones de votos cado uno.
Ya estamos en plena campaña preelectoral, porque son muchos los intereses que se van a dilucidar este año y nadie quiere dormirse. La estrategia del PP va a centrarse en contarnos que España va mejor que Alemania y que volvemos a la Liga de Campeones, la del PSOE en criticar el aceite de ricino que nos ha dado Rajoy, olvidando el que nos dieron ellos, y la de ambos en atacar a PODEMOS.
Convendrá recordar que en 2.010, siendo diputado el actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el Gobierno de Zapatero aprobó una reforma laboral con la única abstención del diputado socialista Antonio Gutiérrez, exsecretario general de CC OO, que también votó en contra de la reforma constitucional para imponer un tope al déficit que votó afirmativamente Sánchez. También es bueno saber que el actual secretario general del PSOE trabajó para el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial durante la Guerra de Bosnia. Lo que nos ha hecho Rajoy todavía está fresco en todas las memorias, desde una reforma laboral aún mas salvaje que la de los socialistas hasta liderar el partido mas corrupto de España.

Las mentiras, la desfachatez y la prepotencia son el caldo donde se está cociendo la debacle.
FOTO: Pablo Iglesias y el líder de SYRIZA, Alexis Tsipras.

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