domingo, 7 de noviembre de 2021

LOS CUELLOS DE BOTELLA

 


No hay componentes electrónicos para los automóviles y para muchas máquinas, tarda en llegar todo lo que viene de China, los precios de los cereales, de los fertilizantes de las materias primas, del gas y los combustibles y, por tanto, de toda la cadena productiva, se han disparado, la inflación cabalga desbocada ¿Qué narices pasa? pues pasa, que el mundo ha estado durante muchos meses semiparalizado por la pandemia y ahora ha vuelto a consumir y pasa que la mayoría de los productos que consume Occidente se hacen en China. Si China para, el mundo entero, China incluida, se va a la mierda y si China no puede producir en pocas semanas lo que Occidente necesita ya mismo tenemos desabastecimiento. Aquí parece que mucha gente no se ha enterado que el gigante amarillo ha tenido a cientos de millones de personas confinadas y sin trabajar durante meses y a decenas de miles de fábricas cerradas o a medio gas. Aquí no nos lo tomamos tan a la tremenda, pero los chinos piensan diferente a nosotros y han confinado ciudades enteras de millones de habitantes solo por un puñado de contagios. No es lo mismo que Occidente, donde una gran parte de la población vive de la sopa boba y casi no producimos nada, haya bajado su producción a que haya bajado la producción la fábrica del mundo. Eso, inevitablemente, lleva consigo un cuello de botella. Hay otros. Mientras la pandemia del coronavirus absorbió la mayor parte de los recursos sanitarios, era cuestión de prioridades, no se pudo atender debidamente la medicina preventiva, ni se pudo operar a mucha gente, ni se pudieron hacer las consultas presenciales necesarias. Ahora, cuando remite la pandemia, las listas de espera son interminables. Es de Perogrullo. Así que no nos pongamos nerviosos, no acaparemos cosas, que solo agravaría la situación, y, como decía Eduardo Gómez en su papel de Fermín Trujillo, "mente fría", todo volverá poco a poco a a su ser; si no aparece en el horizonte otro "cisne negro", un acontecimiento con el que nadie cuenta, a veces con consecuencias dramáticas, claro. En España tenemos otros cuellos de botella que a mí me preocupan mucho más que el coyuntural, y temporal, desabastecimiento de algunas cosas y la actual sobredemanda, me refiero al problema de la carestía de la electricidad  y de la inmigración irregular. Después de liarla parda durante años ahora esos problemas nadie los puede solucionar con una barita mágica, sobre todo si no tiene ninguna intención de hacerlo. La Comisión Europea acaba de declarar a la energía nuclear "energía verde". Cuando el problema del calentamiento global son las emisiones de gases a la atmósfera era de cajón. Todos aquellos del "Nucleares no, gracias", todos los que, irresponsablemente, apoyaron la moratoria nuclear de Felipe González, que nos ha costado un riñón y la mitad del otro, se han quedado ahora con cara de tontos. Después de ver como se criminalizaba a la guardia civil en Ceuta y en Melilla por defender nuestras fronteras y después de escuchar como se demonizaba a la Benemérita por ejercer su trabajo, con poco personal y con pocos medios, mientras los encantadores inmigrantes marroquíes y subsaharianos les tiraban heces, pintura y hasta ácido, nos quedaban todavía por ver nuevos y más peligrosos episodios delictivos de las mafias del tráfico de personas que operan con la complicidad de muchos españoles, de nuestras administraciones públicas, de ONGs y de Gobiernos. Lo que hemos visto en el Aeropuerto de Palma de Mallorca supone un salto cualitativo muy importante que ha dejado clarísimo como a este país le toma el pelo cualquiera. Un marroquí simula un coma diabético, el avión, también marroquí y que en esos momentos volaba sobre cielo argelino, no pide permiso para aterrizar en Argelia, sino que se desvía a Mallorca, que está bastante más lejos. Pasajeros, que no llevan ni maletas ni ningún equipaje para ir a Turquía, salen corriendo por las pistas poniendo en peligro la seguridad del tráfico aéreo y causando graves perjuicios a las compañías aéreas y al turismo balear y hasta el que no estaba en realidad enfermo se fuga del hospital. Mortadelo y Filemón. En eso sale la delegada del Gobierno diciendo: "No creemos que se trate de una operación orquestada". O sea, iban a Turquía y de repente se les ocurrió salir corriendo para quedarse en España, que es donde, finalmente, se han quedado, a la espera de una "solución habitacional" y un salario social, que seguro no les dan en Turquía. Lo peor que puede pasar en un cuello de botella es que, en vez de evitar atascarlo, lo atasques muy gustosamente, te quedarás sin el contenido de la botella.

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